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Sirenas y GPS

Pintura del 'The Siren Vase', con Ulises atado al mástil de un barco similar al hallado en el Mar Negro.
Pintura del 'The Siren Vase', con Ulises atado al mástil de un barco similar al hallado en el Mar Negro.
British Museum

En el fondo del Mar Negro se ha encontrado intacto un barco mercante griego que navegó hace 2.400 años. Puede que sea uno de los hallazgos arqueológicos más importantes y apasionantes de los últimos tiempos. Se trata de la embarcación naufragada más antigua del mundo. Esas aguas profundas libres de oxígeno han permitido que la nave de 23 metros se haya conservado tal cual era hace 24 siglos.

Su imagen coincide con la del barco pintado en ‘The Siren Vase’, un jarrón de la Antigua Grecia que data de la misma época y representa la odisea de Ulises. El héroe legendario de Homero aparece atado al mástil para resistir la atracción mortal de los cantos de sirena. Según la mitología homérica, los remeros también llevaban cera en los oídos para que el hipnótico sonido de las bellas bestias marinas no les hiciera enloquecer.

El mismo martes que se dio a conocer el descubrimiento, también se supo que dos turistas estadounidenses acabaron con su coche incrustado en unas escaleras de la bella localidad oscense de Alquézar. Se dejaron llevar por las indicaciones del GPS en lugar de por lo que veían sus ojos. Es un hecho anecdótico, no aislado (una británica metió su Mercedes en una carretera inundada, un suizo quedó atrapado en un camino de cabras...), pero permite reflexionar sobre la evolución del ser humano: hace milenios ponía su inteligencia y sagacidad al servicio de descubrir nuevos mundos y ampliar sus relaciones comerciales. Y ahora confía tanto en los cantos de sirena tecnológicos que pueden abocarle a un callejón sin salida, o incluso al abismo, por fiarse más de ellos que de sí mismo.