Trastornos de conducta alimentaria
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son un grupo de trastornos mentales, siendo los más conocidos y frecuentes la anorexia y la bulimia. Se caracterizan por una alteración de las ingestas alimentarias y de la imagen corporal. Afectan especialmente a la adolescencia y la juventud, aunque también comienzan a aparecer en niños y se mantienen en la edad adulta. Afectan más a las mujeres y el número de casos sigue creciendo. Los factores de riesgo son diversos y todavía no determinados (biológico-genéticos, de vulnerabilidad, características psicológicas, aspectos socioculturales, estresores ).
Recientemente, a las Cortes de Aragón acudieron familiares de personas aquejadas de estos trastornos para denunciar el aumento de casos y la falta de medios públicos suficientes para atender la creciente demanda asistencial con garantías de curación definitiva. En septiembre de 2018, varias entidades públicas y privadas hemos suscrito un acuerdo de sensibilización y divulgación de buenas conductas alimentarias en la red y de un uso racional de medicamentos y productos de parafarmacia para profundizar en actuaciones que contribuyan a defender los derechos de los consumidores y poner en valor las buenas prácticas profesionales.
Esta institución del Justicia ha recibido quejas de afectadas por esta enfermedad desde la transferencia del seguro escolar en 2006 a la Comunidad autónoma de Aragón. En el año 2006 se abrió de oficio un expediente por este tema. Se realizó una Sugerencia a la Consejería de Salud del Gobierno de Aragón, en el sentido de que se garantizase que el traspaso a las comunidades autónomas de la gestión del seguro escolar no supusiera un recorte o empeoramiento de las prestaciones que correspondían a los alumnos beneficiarios con anterioridad, procediendo a mantener su nivel y suscribiendo, en su caso, los oportunos conciertos con otras entidades, cuando ello fuese preciso, o asumiendo el coste de los tratamientos que no se pudieran prestar directamente por el sistema sanitario público. Esta sugerencia fue aceptada por la entonces consejera de Salud y Consumo.
Actualmente, en el Justicia de Aragón estamos tramitando una queja en la que se contienen importantes cuestiones que han de ser objeto de un atento estudio y análisis:
El tratamiento temprano conlleva que un paciente necesita entre dos y cinco años para conseguir el éxito de la curación o experimentar una mejoría notable. Las unidades hospitalarias públicas que empezaron a tratar estos supuestos en el año 2000 tienen hoy básicamente los mismos recursos, según afirman las quejas recibidas. Con la transferencia en 2006 de las competencias del seguro escolar a Aragón, se ha podido producir una anomalía no resuelta y es que el seguro escolar no cubre la asistencia en centros privados especializados que cuenten con unidades preparadas para dar atención personalizada, grupal y continuada por semanas y meses a estas pacientes. Se reclama, con carácter nacional, que se prohiban las páginas web y los perfiles de redes sociales que dan consejos sobre cómo ocultar la enfermedad y se aprecia en la legislación española un gran vacío en la legislación administrativa y penal.Resulta imposible conocer de primera mano el sufrimiento de muchas jóvenes, de sus familiares y amigos; y, sin embargo, no se puede permanecer impasible y no hacer algo seriamente para apoyarlas en su largo proceso de curación. Los casos diagnosticados y sus tratamientos son cada vez más complicados y los médicos expertos indican que requieren un abordaje integral, no solo por el trastorno en sí, sino por la personalidad, el proyecto de vida y la madurez personal. La detección precoz, la formación de los profesionales y garantizar un tratamiento adecuado son cuestiones imprescindibles.
Tengo esperanzas de que vamos a mejorar esta situación, porque estoy conociendo a jóvenes y a sus familias que, con esfuerzo, lo están superando, se curan y no quieren oír hablar de la expresión cronificación de la enfermedad.
Ahora bien, este artículo se dirige también a las administraciones públicas y a la sociedad en general, para que remuevan los obstáculos referidos al seguro escolar, se concierten tratamientos con centros especializados de seguimiento diario y se procure la creación en Aragón de un centro de referencia para los TCA, como existen en Madrid o Barcelona.