Por
  • Ángel Dolado Pérez,Justicia de Aragón

Trastornos de conducta alimentaria

Los trastornos de la conducta alimentaria son padecidos sobre todo por chicas
Los trastornos de la conducta alimentaria son padecidos sobre todo por chicas
Guillermo Mestre.

Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son un grupo de trastornos mentales, siendo los más conocidos y frecuentes la anorexia y la bulimia. Se caracterizan por una alteración de las ingestas alimentarias y de la imagen corporal. Afectan especialmente a la adolescencia y la juventud, aunque también comienzan a aparecer en niños y se mantienen en la edad adulta. Afectan más a las mujeres y el número de casos sigue creciendo. Los factores de riesgo son diversos y todavía no determinados (biológico-genéticos, de vulnerabilidad, características psicológicas, aspectos socioculturales, estresores…).

Recientemente, a las Cortes de Aragón acudieron familiares de personas aquejadas de estos trastornos para denunciar el aumento de casos y la falta de medios públicos suficientes para atender la creciente demanda asistencial con garantías de curación definitiva. En septiembre de 2018, varias entidades públicas y privadas hemos suscrito un acuerdo de sensibilización y divulgación de buenas conductas alimentarias en la red y de un uso racional de medicamentos y productos de parafarmacia para profundizar en actuaciones que contribuyan a defender los derechos de los consumidores y poner en valor las buenas prácticas profesionales.

Esta institución del Justicia ha recibido quejas de afectadas por esta enfermedad desde la transferencia del seguro escolar en 2006 a la Comunidad autónoma de Aragón. En el año 2006 se abrió de oficio un expediente por este tema. Se realizó una Sugerencia a la Consejería de Salud del Gobierno de Aragón, en el sentido de que se garantizase que el traspaso a las comunidades autónomas de la gestión del seguro escolar no supusiera un recorte o empeoramiento de las prestaciones que correspondían a los alumnos beneficiarios con anterioridad, procediendo a mantener su nivel y suscribiendo, en su caso, los oportunos conciertos con otras entidades, cuando ello fuese preciso, o asumiendo el coste de los tratamientos que no se pudieran prestar directamente por el sistema sanitario público. Esta sugerencia fue aceptada por la entonces consejera de Salud y Consumo.

Actualmente, en el Justicia de Aragón estamos tramitando una queja en la que se contienen importantes cuestiones que han de ser objeto de un atento estudio y análisis:

El tratamiento temprano conlleva que un paciente necesita entre dos y cinco años para conseguir el éxito de la curación o experimentar una mejoría notable.  Las unidades hospitalarias públicas que empezaron a tratar estos supuestos en el año 2000 tienen hoy básicamente los mismos recursos, según afirman las quejas recibidas. Con la transferencia en 2006 de las competencias del seguro escolar a Aragón, se ha podido producir una anomalía no resuelta y es que el seguro escolar no cubre la asistencia en centros privados especializados que cuenten con unidades preparadas para dar atención personalizada, grupal y continuada por semanas y meses a estas pacientes. Se reclama, con carácter nacional, que se prohiban las páginas web y los perfiles de redes sociales que dan consejos sobre cómo ocultar la enfermedad y se aprecia en la legislación española un gran vacío en la legislación administrativa y penal.Resulta imposible conocer de primera mano el sufrimiento de muchas jóvenes, de sus familiares y amigos; y, sin embargo, no se puede permanecer impasible y no hacer algo seriamente para apoyarlas en su largo proceso de curación. Los casos diagnosticados y sus tratamientos son cada vez más complicados y los médicos expertos indican que requieren un abordaje integral, no solo por el trastorno en sí, sino por la personalidad, el proyecto de vida y la madurez personal. La detección precoz, la formación de los profesionales y garantizar un tratamiento adecuado son cuestiones imprescindibles.

Tengo esperanzas de que vamos a mejorar esta situación, porque estoy conociendo a jóvenes y a sus familias que, con esfuerzo, lo están superando, se curan y no quieren oír hablar de la expresión ‘cronificación de la enfermedad’.

Ahora bien, este artículo se dirige también a las administraciones públicas y a la sociedad en general, para que remuevan los obstáculos referidos al seguro escolar, se concierten tratamientos con centros especializados de seguimiento diario y se procure la creación en Aragón de un centro de referencia para los TCA, como existen en Madrid o Barcelona.