Paisajismo acuático de alquiler: una pecera a medida e intercambiable

Desde hace tres años, la empresa zaragozana Submersa se dedica al alquiler de acuarios en la capital aragonesa.

Alquiler de peceras: paisajismo acuático a medida e intercambiable
Alquiler de peceras: paisajismo acuático a medida e intercambiable
Heraldo.es

Adentrarse en la instalación de Submersa, núcleo zoológico ubicado en el barrio zaragozano de La Jota, es como acceder a un acuario en miniatura en el que varias peceras y tanques de diferentes tamaños ofrecen al visitante una gran cantidad de vida y color bajo el agua. En su interior, el equipo formado por Miguel, Pablo e Israel trabaja con esmero en el cuidado de cada una de las especies que poseen. Entre las joyas del emplazamiento, los zaragozanos cuentan con una gran colección de corales de varios tipos, tamaños y colores, entre los que se pasean varios ejemplares de pez payaso.

“Cada especie tiene unas peculiaridades y unas necesidades muy concretas, algo que nos lleva a dedicar más de 8 horas diarias al cuidado, tan solo, de los peces, corales y plantas que tenemos en este local”, asegura Israel Valencia. En la actualidad, en su sede poseen más de 300 ejemplares, el total ascienda a miles. “El resto del tiempo lo dedicamos al mantenimiento y cuidado de las peceras que tenemos distribuidas por la ciudad”, añade.

Tras toda una vida dedicada a la acuariofilia, la necesidad de reconvertirse sin perder de vista su pasión le llevó a desarrollar este nuevo modelo de negocio: Submersa. “No nos dedicamos a la venta de peces ya que esto no es una tienda, sino más bien al mantenimiento y cuidado integral de peceras y peces, desde el diseño, la instalación y el mantenimiento total”, indica el zaragozano.

En la actualidad, se trata de la única empresa aragonesa dedicada exclusivamente a este sector. “Lo que ofrecemos es un servicio de paisajismo acuático que incluye el diseño integral del interior de una pecera, que puede cambiarse cuando el cliente lo estime”, prosigue. Desde sus inicios hace poco más de tres años, han realizado servicios de todo tipo, y con peceras que van desde los 10 litros hasta superar los 800.

“Depende del espacio al que se dirige, por ejemplo, una sala de espera o un negocio cara al público, o en una casa particular”, añade Valencia, que asegura que, en muchos casos, sus clientes empiezan por los diseños más básicos y, poco a poco, van enganchándose al mundo acuático: “la mayoría de las veces logramos contagiar a nuestros clientes la pasión que sentimos por este hobby y es muy satisfactorio, ya que a mucha gente le gusta esto pero cree que es demasiado complicado. De esta forma tan solo tienen que preocuparse de disfrutarlo”.

Otra de las peculiaridades de este negocio radica en su oferta, ya que continuamente traen peces muy complicados de encontrar en España: “los adquirimos directamente a criadores de toda Europa y trabajamos con proveedores que son respetuosos con el medio ambiente”. De este modo, aglutinan especies procedentes de lugares tan recónditos como Indonesia, República Checa o Malasia.

Sin embargo, la joya de la corona para este amante de los peces es su acuario marino, un tanque en el que varios corales de colores brillantes llaman la atención de cualquier visitante a primera vista. “Es el más especial y el más complicado de sacar adelante por lo cual nos genera una gran satisfacción”, añade el experto.

Entre su cartera de clientes, uno de los pioneros fue Aldebre Inmobiliaria, ubicada desde hace 14 años en el barrio Jesús de la capital aragonesa. “Cuando nos contaron la idea nos pareció maravilloso y muy novedoso, sobre todo el hecho de poder cambiar el ambiente de la pecera y a sus inquilinos de vez en cuando, algo que nos permite seguir sorprendiendo a la gente que pasa por la calle”, explica Miguel Ángel López, quien junto a su hermano David regenta esta empresa.

Marianico: la estrella de Aldebre

“Nosotros pagamos una cuota al mes y ellos se encargan del mantenimiento, de la decoración y de los cuidados, tanto de peceras de agua dulce como de agua salada”, añade. En la actualidad, Marianico, un pez conocido como Flower Horn o Cuerno de Flor, es uno más en su oficina. “Lleva con nosotros cuatro meses y la verdad es que le hemos cogido cariño, incluso algunos clientes y vecinos vienen a verlo de propio. Se ha convertido en la estrella de Aldebre”, afirma David.

En todo este tiempo, por la inmobiliaria han pasado más de un centenar de ejemplares, ya que en ocasiones el cambio de instalación supone la llegada de un nutrido grupo de peces de colores: “Optamos por esto porque aporta tranquilidad al espacio, y porque nos gustan mucho pero tenerlos en casa sería mucho más complicado”.

Además, aseguran que supone un factor diferenciador y muy atractivo para los transeúntes. “En algunos casos, se paran a mirar los peces y acaban viendo un cartel de un piso que de otra forma no habrían mirado”, añade Miguel Ángel.

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