El granito de arena de una aragonesa que limpia las playas en Ghana

‘Plastic Punch’ es una oenegé que vela por el uso responsable del plástico en Ghana. Nació del espíritu ecologista de la zaragozana Elisa Marraco y de sus amigos de Acra, la capital del país.

El granito de arena de una aragonesa que limpia las playas en Ghana
El granito de arena de una aragonesa que limpia las playas en Ghana

Casi 6.000 kilómetros separan Zaragoza y Acra, la capital de Ghana. Allí viven alrededor de 3 millones personas, entre ellas está Elisa Marraco, una zaragozana de 24 años que decidió emprender una nueva aventura en África. “Llegué a Ghana a través de la Universidad de Zaragoza, gracias a su proyecto de prácticas internacionales”, relata esta graduada en Derecho. En un principio su estancia era de tres meses en la embajada de España, un tiempo que se duplicó. “Una cosa lleva a la otra, he estado medio año y ahora vuelvo otra vez”, confiesa emocionada durante su breve visita a la capital aragonesa.

Lo que más le impresionó a esta zaragozana cuando llegó fue el tamaño de Acra. “El centro de la ciudad es como desde la Plaza España de Zaragoza hasta Puerto Venecia. Tan grande como su contaminación”. Así que regresa a la capital de Ghana por trabajo y también porque tiene un ambicioso proyecto entre manos: ella es una de las fundadoras de ‘Plastic Punch’, “golpe de plástico” en inglés. Se trata de una oenegé que nació hace menos de cuatro meses para terminar con la polución que se respira en el país. “Allí no hay gestión de las basuras, tiran los desechos donde quieren o los queman, además se encuentra el vertedero electrónico de la Unión Europea”, manifiesta Marraco. “Su principal problema es el plástico porque no lo valoran”, añade esta zaragozana.

Ese es el cometido de ‘Plastic Punch’, formado por tres ghaneses y cuatro extranjeros. Todos ellos pretenden sensibilizar a la población de Ghana sobre los peligros del plástico y dan alternativas a su uso. “Hay iniciativas que ya existen, como un banco de plástico y también, tras diversos procesos, este material se puede convertir en asfalto o en gasolina”, propone.

La primera actuación que llevaron a cabo fue la limpieza de las playas. “Comenzamos en un espacio donde las tortugas suelen poner sus huevos, pero hay tal cantidad de plástico que sus crías no pueden crecer allí”, denuncia Elisa. Durante varias jornadas recogieron envases y transmitieron a la comunidad ghanesa la importancia de mantener limpias sus playas, tanto para la fauna como para ellos, ya que la cadena trófica se puede ver afectada. “Muchos ghaneses nos dan las gracias a los de fuera por preocuparnos por su país, pero no solo lo hacemos por Ghana, sino que lo hacemos por el planeta”, dice Marraco con la mano en el corazón.

Para que el proyecto se sostenga necesitan fondos económicos, aunque también fuerza de voluntad. Elisa y sus compañeros están poniendo su granito de arena, pero hacen falta muchos más para que las playas de Ghana se vean limpias. Como dice Elisa, “el tema es darle una vuelta de tuerca al plástico”.

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