Su nombre es Alberto Figueroa, tiene 29 años y busca gente dispuesta a lanzarse a una aventura solidaria. Este arquitecto de Zaragoza se presentó a un concurso de la NKA Foundation y el jurado ha seleccionado su proyecto para llevarlo a la práctica, aunque hay algunos inconvenientes: se trata de la construcción de una escuela en Ghana y es él quien debe conseguir los fondos y los voluntarios necesarios para levantarla.

Aun así el arquitecto emana ilusión cuando habla de su proyecto. Quiere verlo hecho realidad y está dispuesto a remover Roma con Santiago hasta conseguir el dinero y la mano de obra que hace falta. Para empezar ha iniciado una campaña de crowdfounding a través de internet y además ha solicitado permiso al Ayuntamiento de Zaragoza para instalar un puesto informativo en la Gran Vía durante las Fiestas del Pilar. Si se lo conceden, estará allí entre los días 8 y 16 de octubre explicando junto a la plaza Paraíso los entresijos del proyecto y tratando de convencer a algún que otro aventurero al que le pique el gusanillo de la cooperación.

"Necesito entre treinta y cuarenta voluntarios que se vengan a Ghana durante tres meses y me ayuden a construirla. No hace falta que tengan experiencia porque es una construcción muy sencilla a base de adobe prensado, bambú y madera y se les dará primero una pequeña formación", cuenta el zaragozano.

La NKA Foundation está involucrada desde hace varios años en un proyecto de carácter artístico y educativo en Abetenim, un poblado de Ghana sito en la región de Ashanti. A principios de año organizó un concurso de ideas para construir allí una escuela y cada participante podía proponer el diseño de una parte de la infraestructura, incluyendo aulas, cocinas, lavabos y dormitorios para alumnos y profesores. Los costes de los materiales de cada módulo no podían sobrepasar los 8.000 dólares.

El zaragozano envió una propuesta para construir cuatro aulas de adobe prensado para unos veinte alumnos cada una. Su diseño obtuvo una mención de honor y la asociación quiere ceder el terreno para que pueda convertirse en realidad. Él, como responsable de proyecto, se encarga de todo lo demás.

Figueroa calcula que el coste de los materiales no superará los 9.000 euros pero espera conseguir cerca de 20.000 a través de la campaña de microdonaciones para poder cubrir la manutención (y si es posible el vuelo) de los voluntarios que se apunten. Para incentivar las donaciones intentará conseguir algún patrocinador que le permita sortear algún detalle entre los mecenas que brinden su apoyo a la escuela. Mientras tanto, pone su página web y su página de Facebook a disposición de quien necesite más información.