¿Tienen las reinas de fiestas los días contados?

Las azafatas de Fórmula 1 van a desaparecer de los circuitos, un hecho que podría cuestionar otras costumbres de este tipo, como las reinas de las fiestas.

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En muchas localidades aragonesas, existe la figura de reina, maja o dama de fiestas.

Resulta común ver en las fiestas mayores de los municipios aragoneses la figura  de la reina como una de las protagonistas indiscutibles de unos festejos que disfrutan por igual todos sus habitantes. Estas jóvenes acompañan a la corporación municipal en las ceremonias institucionales y religiosas, asisten a las actividades programadas para todos los públicos y, en ocasiones, preparan contundentes almuerzos o meriendas para agasajar a sus vecinos, entre otros actos. Sin embargo, durante los últimos años algunas localidades del territorio han tenido que decir adiós a esta tradición, bien por motivos económicos o porque ya no había candidatas que quisieran participar en los actos.También ha sido tachada de obsoleta y machista, al considerar que la exhibición de las participantes era un alarde de belleza y juventud femenina.

Ante este tipo de ideas, algunos municipios aragoneses que mantienen esta costumbre, entre ellos La Almunia de Doña Godina, Calatayud o Garrapinillos, explican el papel que para ellos tiene esta figura, que en ningún caso se encuadra en la cosificación de la mujer. Así lo pone de manifiesto, por ejemplo, la concejala de festejos de Calatayud, María José Peñalosa: "Los que piensan que es algo machista se pasan tres pueblos. Es un papel que puede ejercer tanto un hombre como una mujer, porque lo importante es que representen a la sociedad bilbilitana. Intentamos que sea un número igual de chicos y chicas, pero no importa la proporción porque ninguno sobresale por encima de los demás", explica.

En esta localidad, esta figura se recuperó en 2016 en las fiestas en honor de la Virgen de la Peña permitiendo que todo el mundo optase a serlo. Una de estas representantes es Alba Lázaro, quien rechaza también esta idea de exhibición de la mujer: "Todos hacemos las mismas funciones, tanto los chicos como las chicas, y debería ser así en los demás sitios donde se celebre, porque es una experiencia que todo el mundo debería vivir", señala.

La misma ilusión tienen las jóvenes que, cada año, son nombradas reinas y damas en la localidad de La Almunia de Doña Godina. Su alcaldesa, Marta Gracia, apunta que la coronación es, "de lejos", el acto más multitudinario de las fiestas. "Ni nos planteamos que desaparezca porque es lo que más demandan, tanto los propios adolescentes como el resto de vecinos. Entiendo que desde fuera, visto fríamente, se perciba como un acto machista e incluso clasista, pero tratamos de que quede claro que, en nuestro caso, estos títulos potencian y valoran a la juventud de La Almunia, pues esta es su mayor riqueza, no la apariencia", explica la alcaldesa.

Cambiar la tradición

En Garrapinillos llevan años permitiendo que tanto chicas como chicos cumplan este papel. "¿Por qué no incluir a los hombres? Es una figura muy querida por los vecinos, y aunque la tradición marcase que fuesen mujeres, las cosas se pueden cambiar”, apunta Mariano Blasco, alcalde de este barrio rural. "Si las afectadas, que son las reinas o jóvenes siguen teniendo ilusión, no hay que buscarle otro matiz al asunto. Hay otros estamentos o actitudes que sí son machistas, y es ahí donde debemos centrar los esfuerzos y apostar por una educación en el respeto", añade.

Respecto a esta idea, la alcaldesa de La Almunia subraya que "hay que darle una vuelta completo al concepto. Estuvimos pensando en incluir a los chicos como reyes, pero, a ver si por no cosificar a la mujer, se va a cosificar también al hombre", explica. ¿Cuál es entonces la solución para que esta tradición, tan querida en Aragón, pierda esa connotación machista? Para Gracia, lo ocurrido en el último año en La Almunia puede ser la respuesta: "En el acto de coronación, los concejales son los que sacan a las chicas a ser coronadas. Este año, había más concejalas y, por primera vez, eran mujeres las que sacaban a otras mujeres. Quizás esa sea la fórmula: que sean todo mujeres las que se suban a un escenario para ser aplaudidas, y no por un vestido, sino por ocupar un espacio público y ser representativas de toda la sociedad", concluye.

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