Definido como el "Movimiento o doctrina social que propugna la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre", el feminismo está en boga últimamente debido a los múltiples casos de violencia machista y acoso y las situaciones de desigualdad que sufren numerosas mujeres cotidianamente. Desde diversos foros se considera que si se fomentase la educación en el feminismo tanto en niños como en adultos podrían evitarse muchas de estas circunstancias, que se siguen produciendo a pesar del avance experimentado por las sociedades occidentales en muchos otros campos en las últimas décadas.

Sin embargo, a algunos sectores de la población el concepto 'feminismo' les genera rechazo porque lo identifican erróneamente con posiciones extremistas, cuando realmente se trata de un movimiento histórico y fundamental en la lucha de las mujeres por conseguir derechos básicos, justicia social y acabar con la discriminación que padecen con respecto a los hombres. Para entender mejor este concepto, bajo estas líneas puedes encontrar una breve explicación de sus principales corrientes.

Feminismo de la igualdad o ilustrado: es el movimiento que arranca de la reclamación histórica de las mujeres en los siglos XVII y XVIII y que reivindica el derecho a ser reconocidas en pie de igualdad con los hombres. Denuncia además la elaboración de diferencias de género, constituidas por la "razón patriarcal" como categorías naturales, cuando para sus defensores son "construcciones sociales y culturales". Feminismo de la diferencia: es la línea que aboga por la no equiparación de la dualidad de un género al otro, sino por el desarrollo de la diferencia genérica femenina en todos los órdenes simbólicos. Asimismo, apuesta por identificar y defender las características propias de las mujer basándose en el lugar que esta ocupa en el mundo y que le define. Feminismo ecologista o ecofeminismo: aun minoritaria dentro del movimiento, esta corriente no se reduce al fin de gestionar mejor los recursos naturales, sino que exige la "revisión crítica" de una serie de dualismos que subyacen a la persistencia de la desigualdad entre los sexos y a la actual crisis ecológica. Establece que el movimiento feminista y el movimiento ecologista tienen objetivos comunes y deberían trabajar conjuntamente en la construcción de alternativas. Feminismo socialista: es el movimiento que postula que la sociedad de clases y la diferencias de género han de ser erradicadas para que las mujeres determinen libremente las condiciones de su vida. Sus partidarios ven al patriarcado y al capitalismo como la causa de la opresión de la mujeres, al afirmar que la subordinación de la mujer está planteada para favorecer a las clases dominantes que sustentan el capitalismo. Feminismo radical: surgida en Estados Unidos a finales de los años sesenta, esta corriente sostiene que la raíz de todas las desigualdades en las sociedades es el patriarcado, centrándose en las relaciones de poder que organizan las sociedades y que construyen los privilegios de los hombres sobre las mujeres. En base a esto, se propone derrocarlo a través de la oposición a los roles de género que se han impuesto a las mujeres. Con ello, sus impulsores pretenden reorganizar la sociedad hasta que éste desaparezca y conseguir así una sociedad igualitaria.