¿Sabías que existe la nieve rosa?

El portal de meteorología eltiempo.es ha analizado algunos aspectos de interés como el porqué de la forma hexagonal de los copos o los tipos de nieve.

La nieve es un fenómeno meteorológico que causa atracción por ser tan característico, interesante y visual y que cuenta con una serie de curiosidades que la hacen especial.
La nieve es un fenómeno meteorológico que causa atracción por ser tan característico, interesante y visual y que cuenta con una serie de curiosidades que la hacen especial.

En plena temporada de esquí los aficionados se preparan a conciencia para disfrutar del deporte blanco escapándose a las diferentes estaciones cuando su tiempo y economía se lo permiten y participando en los numerosos eventos que los centros invernales organizan de forma periódica.

Además de deslizarse por las pistas bien sea con esquís o con tabla de snowboard, la nieve permite que se lleven a cabo otras interesantes actividades como montar en trineo, conducir una motonieve, patinar sobre hielo, hacer senderismo con raquetas e incluso disfrutar de un spa o balneario en centros aledaños a las estaciones.

Cada invierno, cientos de miles de personas esperan con un intenso anhelo la caída de los primeros copos del año. Se trata de una situación que contenta e incluso da cierta paz a mucha gente. Es, al fin y al cabo, un fenómeno meteorológico que causa atracción por ser tan característico, interesante y visual y que cuenta con una serie de curiosidades que lo hacen especial. Desde uno de los portales de información climatológica punteros en España, eltiempo.es, explican cinco de ellas.

La nieve rosa: en algunas zonas es posible ver la nieve de este color. Su aparición se debe a unas micro algas denominadas ‘Chlamydomonas nivalis’. Cuando la radiación ultravioleta del sol es mayor, estas se sienten atacadas y, para defenderse, emiten una alta cantidad de esporas que contienen un pigmento rosáceo llamado astaxantina. Cinco tipos de nieve: este dato es más conocido. Es algo que depende de factores como la localización de la estación o las condiciones meteorológicas durante los días que ha nevado y los posteriores a que haya cuajado. Las modalidades son nieve azúcar, polvo-dura, dura, húmeda y primavera. Frío y precipitaciones: es la combinación ganadora, pues para poder disfrutar de la nieve también es necesaria la lluvia. Con temperaturas muy bajas (como -10º C o -20º C), las nevadas no suelen ser muy destacadas. El aire a esta temperatura no es capaz de retener mucho vapor de agua y los copos o cristales recién salidos de la nube presentan poca capacidad de unirse, no crecen más y el viento puede arrastrarlos y dejarlos casi flotando en suspensión. Por ello, es favorable la presencia de un ambiente húmedo bajo la nube y que las temperaturas oscilen entre los 2º C y los -5º C. Geometría en su composición: la forma hexagonal o de estrella de los copos de nieve se explica por las moléculas de agua. Según van cayendo estos, se extienden los seis brazos de la estrella y se produce además una simetría que se debe a los enlaces de hidrógeno que se van formando en los cristales de agua. Aunque los copos son muy parecidos, es muy difícil que sean idénticos, ya que su forma depende de la temperatura, la humedad y la altitud. Sequía: la nieve ayuda a regular el ciclo hidrológico, por lo que juega un papel fundamental contra la sequía. Cuando se produce el deshielo, este puede generar considerables aportaciones de agua que llegan a los cauces de los ríos y a la red fluvial meses más tarde con respecto a la precipitación original. La nieve que se almacena en zonas de montaña puede suponer el 25% de todo el agua que se incorpora a la red fluvial, como es el caso de la cuenca del Ebro.

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