Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Clasificando moscas aunque sea hora de irse a casa

¿Cómo se adaptan los organismos al ambiente? El proyecto Melanogaster Catch the Fly! involucra a los ciudadanos estudiando un organismo modelo en genética: la mosca de la fruta. Se planea que nuevos institutos de otras regiones áridas, como el sur de Aragón, se incorporen a la iniciativa.

Los estudiantes salen a muestrear
Los estudiantes salen a muestrear

Melanogaster Catch the Fly! (MCTF) es una red de ciencia ciudadana en la que se involucra a ciudadanos, especialmente estudiantes y profesores, en un proyecto científico europeo de genómica de la adaptación. El objetivo científico es entender cómo los organismos se adaptan al ambiente y para ello se trabaja con un organismo modelo en genética: la mosca de la fruta Drosophila melanogaster.

Entender la adaptación puede tener implicaciones muy relevantes y de gran impacto económico y social en áreas como la medicina, la sanidad o la agricultura, y con un enorme potencial de cara a obtener un mayor bienestar social. Para entender como la mosca se adapta a nuevos ambientes debemos descubrir qué genes del organismo están implicados en el proceso de cambio y a través de qué mecanismos moleculares ocurren los cambios. Es decir, necesitamos analizar su genoma. Puesto que esta mosca comparte muchos genes en común con el ser humano, y con otros organismos, su estudio nos acerca también a conocer cómo funciona la adaptación en general.

MCTF hace protagonistas a los ciudadanos en los primeros pasos del proyecto: el muestreo y clasificación de las moscas. Posteriormente, el genoma de estas moscas es secuenciado y analizado por los científicos. Esta experiencia se repite en diferentes puntos de toda Europa, coordinado por la red DrosEU, donde los lugares de colecta son escogidos dependiendo de su clima, ya que la adaptación de las moscas al entorno variará dependiendo de este. España es un lugar clave, puesto que es el único país con zonas áridas continentales.

La idea de realizar un proyecto de ciencia ciudadana surgió en 2015 de la colaboración entre la Josefa González, investigadora principal del Laboratorio de Genómica Evolutiva y Funcional del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) de Barcelona y el director creativo de la plataforma de divulgación científica La Ciencia en Tu Mundo (LCATM), Roberto Torres. Junto a la doctora González, el resto de su laboratorio también forma parte de esta experiencia, yendo a muestrear con los estudiantes y colaborando en proyectos de divulgación dirigidos a fortalecer el conocimiento de la sociedad a través de aportaciones científicas.

MCTF también permite acercar a la sociedad la figura del científico y mostrar que la ciencia es un campo donde también trabaja gente joven y de formación muy diversa (biólogos, informáticos, químicos) y donde las mujeres ocupan posiciones de liderazgo.

“Además de poder enseñar cómo funciona un proyecto científico, un objetivo importante de MCTF es mostrar a los estudiantes que las mujeres pueden ocupar cualquier lugar en la ciencia” nos cuenta María Bogaerts, estudiante de doctorado del equipo del Laboratorio de Genómica Evolutiva y Funcional especializada en bioinformática.

Hasta la fecha, esta experiencia se ha repetido durante los años 2016 y 2017, con la ayuda de alumnos y profesores de dos institutos localizados en el sur de España: IES Eladio Cabañero en Tomelloso (Ciudad Real) y el IES José de Mora en Baza (Granada) y con cofinanciación de FECYT y la Comisión Europea. Todos los participantes han coincidido en que es una experiencia muy positiva.

“Durante estos dos años en los que se ha llevado a cabo el proyecto MCTF, nos llamó la atención que tanto alumnos como profesores mostraban mucho interés”,  comenta Miriam Merenciano, estudiante de doctorado en el Laboratorio de Genómica Evolutiva y Funcional. “Los participantes estaban muy entusiasmados, había alumnos que querían continuar clasificando moscas aun cuando ya era hora de irse a casa”.

Tras la clasificación y la colecta, los participantes también podían simular el análisis del genoma de la mosca que los científicos realizan en el laboratorio de manera computacional. “Con este tipo de actividades, los estudiantes conocen la figura del bioinformático, pieza clave en laboratorios donde se analizan grandes cantidades de datos”, explica María Bogaerts. “Después de las actividades y las charlas, suelen preguntarnos qué hay que estudiar para dedicarse a las diferentes ramas en el mundo de la ciencia, y ese es el interés que queremos despertar con este tipo de actividades”.

Se planea para 2018 que nuevos institutos de otras regiones áridas, como el sur de Aragón, participen en la iniciativa. Las moscas colectadas durante el 2016 ya han sido secuenciadas, y las secuencias generadas gracias a la participación ciudadana ya están siendo analizadas por los científicos.

Para participar en Melanogaster Catch the Fly! solo hay que rellenar un cuestionario que se puede encontrar en su web en la sección '¿Por qué ciencia ciudadana?'. Además, hay otras páginas que pueden ser útiles para aprender más sobre este proyecto como la web del laboratorio de Josefa González o la web de DrosEU.

Josefa González PhD CSIC Tenured Scientist, Institut de Biologia Evolutiva (CSIC-UPF)

Esta sección se realiza en colaboración con el Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España, coordinado por la Fundación Ibercivis

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