Sociedad

Mujeres contra mujeres: buenas y malas madres

Las 'malas madres' son las que reconocen que la maternidad es dura y cambia la vida, muchas veces a peor.

La maternidad es el acto más generoso.

Raro es el que no haya oído hablar de las 'malas madres'. No son aquellas que no atienden a sus hijos, que los maltratan e, incluso, los abandonan, sino que se trata de un gran colectivo que declara abiertamente que la maternidad es dura, que te lleva al límite, y que te cambia la vida, muchas veces a peor.

En la esfera mediática,  es la periodista Samantha Villar la que ha puesto en el candelero este tema desde que diera a luz a sus mellizos hace ya casi dos años.

La madre, y psicóloga de De Cero, Beatriz Organero, achaca este sentimiento a "no dormir, no poder ducharse en condiciones, vivir 'por y para' otra pequeña persona, dejar de tener hobbys, oler a vómito… ", que es lo que le ocurre a los padres en los primeros años de vida de un bebé.

A pesar de estas circunstancias comunes, parece haber una guerra abierta entre las llamadas 'malas madres' y las 'buenas madres' que ya se ha llevado a los medios de comunicación y a las redes sociales.

Según el punto de vista personal de la psicóloga, es importante que  las mujeres dejemos de juzgarnos entre nosotras y de que empecemos a explicarles a las niñas que los hijos no deben ser todo en la vida de una mujer. Es justo que las mujeres vivan la maternidad, o incluso la no maternidad, sin tanta presión, sabiendo que es una faceta más, probablemente la más importante, pero no la única.

El amor a los hijos es el más puro que se puede sentir, continúa Organero, pero a la vez es el acto más generoso del ser humano: "¿Quieren menos a sus hijos las madres que reconocen la dureza de la crianza? Evidentemente no", añade.

La psicóloga de De Cero, el primer centro de ayuda en Zaragoza a personas que han pasado por una ruptura sentimental, relaciona, además, esta cuestión con otra realidad de la que es buena conocedora y que cada vez está más implantada en nuestra sociedad: la madre divorciada: “Cuando vienen mujeres que van a iniciar el proceso de divorcio, lo que más observamos es el sufrimiento que, en principio, les supone el separarse de sus hijos cuando tienen que irse con su padre. Pero cuando se han adaptado a su nueva forma de vida, ha pasado el duelo propio del divorcio, y saben que los niños están bien cuidados y felices cuando se marchan, empiezan a disfrutar de otras parcelas de su vida. Recuperan amistades, salidas, hobbys…volviendo a poder disfrutar de sí mismas”, explica.

La psicóloga concluye afirmando que todas las madres que se preocupan y quieren el bienestar y la felicidad de sus hijos son buenas madres, aunque ellas mismas se autodenominen como malas, aunque otras les digan que los son.