¿De dónde viene la palabra trabajar?

Si no le sientan bien los lunes, la historia del castellano tiene la explicación.

¿Cansado de trabajar? Tranquilo, no es el único.
¿Cansado de trabajar? Tranquilo, no es único.
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¿Los lunes se le hacen cuesta arriba? ¿Sufre depresión posvacacional cuando se acaba el verano? Tranquilo, no es nada extraño. Tiene usted la misma alergia al trabajo que millones de personas en todo el mundo. Y el problema es tan común que la propia palabra "trabajo" esconde en realidad un oscuro origen que da cuenta de ese rechazo.

Según el etimólogo Joan Corominas, trabajar deriva de la palabra latina "tripaliare" -que significa "torturar"-, y esta a su vez viene de "trepalium", una especie de cepo de madera con el que, durante el imperio romano, se sujetaba a los presos para torturarlos.

Hay otros términos que también sirven para referirse a las actividades que se realizan para ganarse el pan -"obrar", "bregar", "trajinar"...- pero de entre todos ellos se ha popularizado la forma "trabajar" que es, sin duda, la más usada en España. Por algo será...

Así que, ya sabe, si el trabajo se le hace cuesta arriba, asuma que está sufriendo una cierta tortura que, al menos en este caso, termina con el ingreso de la nómina a final de mes. Los pobre presos romanos ni siquiera tenían esa compensación.

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