Cuando los celos se convierten en un problema

Los celos se vuelven anormales cuando son intensos y constantes y resultan insoportables para la convivencia.

Los celos convierten en tóxica una relación sentimental.
Los celos convierten en tóxica una relación sentimental.

Los celos son una respuesta emocional natural, tanto en hombres como en mujeres y están ligados a proteger lo que se quiere. Incluso en los bebés ya se observa este comportamiento, que es inherente al ser humano.

No es un sentimiento que únicamente tengamos los humanos, se ha observado que también lo profesan diferentes animales (monos, elefantes, perros…).

En baja medida, es el sentimiento que se tiene cuando queremos a alguien y sentimos una pequeña molestia al ver que podemos perder a esa persona. Es normal, y nos demuestra que nuestra pareja nos importa.

Pero está claro que los celos también pueden representar una de las emociones más oscuras y dañinas que existen, pero ¿cuándo se convierte en un problema?

En grado más elevado deriva en una relación tóxica que se crea debido a las inseguridades, al deseo de poseer a alguien y al miedo de que cualquiera pudiera dar más la talla que uno mismo.

Celos, ¿amor o inseguridad?

En la era tecnológica en la que vivimos, vigilar a la pareja resulta mucho más sencillo. Así lo afirman desde De Cero, un centro de ayuda zaragozano especializado en relaciones infelices de pareja, y en brindar apoyo a personas que han roto su relación, que ofrece las claves para detectar a un celópata en la red: "Controla el móvil de su pareja, incluso lee sus conversaciones privadas. Está atento de cuando está en línea por WhatsApp y elucubra con quién estará hablando", explica Beatriz Organero desde De Cero.

Además, la experta asegura que hay un problema cuando se vigilan las redes sociales de la pareja, llegando incluso a enfadarse si ha clicado 'me gusta' en sitios que no le agraden, o ha aceptado como amigo o amiga a alguien que sea 'potencialmente peligroso'.

Los celos se vuelven anormales cuando son intensos y constantes. En este caso reflejan la existencia de una inseguridad personal, así como un sentimiento de posesión sobre la pareja y de un temor a perderla en beneficio de un rival.

La persona celópata tiene la idea delirante de que su pareja le es infiel, tal y como señalan desde De Cero, aunque no haya ninguna prueba para ello. Se obsesionan con controlar sus movimientos con el objetivo de 'pillarle' en su infidelidad. Además, se fijan en acontecimientos insignificantes para acusar a su pareja y, aunque esta le demuestre que no es cierto, el celópata no estará dispuesto a reconocer su error.

Son muchas las personas que viven inmersas en relaciones con estas características donde sufren ambas partes. En estos casos, lo recomendable es acudir a profesionales que puedan ofrecer ayuda especializada.

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