13 razones por las que debes ver la serie 'Por trece razones'

Esta serie, que bate récords de audiencia desde su estreno, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de impulsar proyectos útiles que velen por la seguridad e integridad de los menores.

La serie comienza con el suicidio de Hannah Baker, una adolescente que sufría 'bullying'.
La serie comienza con el suicidio de Hannah Baker, una adolescente que sufría 'bullying'.
Netflix

El último éxito de Netflix, ‘Por trece razones' (’Thirteen reasons why’), ha puesto en jaque la mala gestión que hace la sociedad educativa -desde los órganos gubernamentales hasta los alumnos- hace del acoso escolar dentro y fuera de las aulas. Una serie con muchos adeptos que, además de una trama interesante y una estética perfecta, retoma el tema del 'bullying' y demanda la necesidad de nuevos protocolos de actuación que ayuden a visibilizar a las víctimas y ayudarlas.

Toca hablar de ‘'bullying'’ sin tapujos. A pesar de los programas de actuación en las escuelas e institutos y de alguna que otra campaña que ha ayudado a darle más visibilidad, el acoso escolar sigue siendo un tema tabú. Hacen falta más herramientas, mayor presupuesto y más debate en la comunidad educativa para luchar contra esta lacra que afecta a uno de cada 10 niños en España, según la radiografía que Save the Children hizo el pasado año. La autenticidad de la propuesta. Lejos de presentar situaciones excesivamente edulcoradas o fantásticas  típicas de las series adolescentes ‘made in’ Estados Unidos, la historia de Hannah Baker se centra en las formas de acoso más comunes y menos perseguidas (como la difusión de rumores, por ejemplo), demostrando la merma de confianza y autoestima que estas acciones pueden conseguir. Mirar hacia otro lado, más común de lo que se piensa. La producción de Netflix se ha centrado en huir del drama impostado y apostar por situaciones adolescentes muy comunes; lo que incluye la capacidad de muchos para abstraerse cuando presencia una situación de acoso, ya sea por la incapacidad de discernir cuándo una persona lo está pasando realmente mal, por indiferencia, o, incluso, por miedo. No reflexionar sobre el tema es imposible. Uno de las razones que ha hecho que la nueva propuesta de Netflix sea todo un éxito es que, se tenga la edad que se tenga, reconocemos situaciones que hemos  vivido o visto en algún momento, y ante las que no siempre hemos sido capaces de reaccionar. Cada cara del casete, un problema común en las aulas. Cada una de las caras de las cintas que deja grabadas Hannah Baker se corresponde con cada una de las razones que le han llevado al suicidio; problemas de mayor o menor índole que pueden llevar al extremo a cualquiera: acoso sexual, rumores, insultos, hacer el vacío, la pérdida de amistades… Personajes que no se basan en clichés. Adolescentes con problemas de adolescencia con sus amigos, compañeros, padres, profesores y con la sociedad en general. Es fácil sentirse identificado con alguno de los protagonistas de la trama, jóvenes o adultos, y recordar pasajes vitales (en materia de acoso o no) en los que también se estaba perdido. Las redes sociales, un nuevo vehículo para el acoso. A pesar de los esfuerzos de muchos padres y educadores por advertir de los riesgos de las redes sociales, en las actualidad son el canal más común para acosar a alguien, pues, además de las facilidades que ofrecen para hacerlo fuera del aula, la difusión y participación de otros usuarios es más fácil por la sensación de impunidad que ofrecen estas herramientas. Las desigualdades por raza, género o condición sexual aún existen. La serie pone de manifiesto cómo aún sobrevive la discriminación en el entorno educativo y la falta de empatía de los jóvenes hacia lo diferente. La lucha por la 'superviviencia' en el entorno escolar. Uno de los temas generales de la serie es cómo los adolescentes se enfrentan hoy en día a estas situaciones, mientras los adultos u otros compañeros miran hacia otro lado o no se dan cuenta de realidad a la que se enfrentan los jóvenes. El amor adolescente no tiene por qué ser romántico. La obsesión, la rivalidad, los celos, la atracción disimulada y el amor callado tienen su papel en ‘Por trece razones’, donde quieren huir de los estereotipos de las relaciones adolescentes empalagosas e irreales a la que nos tienen tan acostumbrados otras series o películas. El sexo: herramienta de acoso. El acoso sexual (verbal y físico) está muy presente en las aulas y en la calle, y la vergüenza que a muchos les produce hablar sobre el tema puede conseguir que oculten estas acciones inexcusables e intolerables que atentan contra su dignidad. Violencia física e impunidad para el castigador. Las peleas, los empujones, las collejas... No siempre el alumno que empieza una pelea recibe un castigo por hacerlo, creando acosadores impunes que consideran que tienen autoridad para todo sin que sus acciones vayan a traerle problemas. El suicidio existe. Aunque cada vez hay más conciencia, el acoso escolar sigue latente en colegios e institutos, y, a veces, si no se le pone freno, puede llevar a la víctima a tomar decisiones fatales.Ir al suplemento de 'Heraldo Joven'

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