Rescate de un perro a 50 metros de profundidad

El animal se cayó en un pozo que se había derrumbado.

Diez bomberos, agentes de la Policía Municipal de Madrid, médicos, técnicos sanitarios. Un amplio despliegue para salvar a Osa. La perra había caído accidentalmente en un pozo de 50 metros de profundidad.

 


De este modo empieza el rescate: montan un sistema de poleas y un bombero desciende hasta llegar al final del pozo. La perrita está en buen estado, a decenas de metros de profundidad, el bombero avisa. Comienza el complicado ascenso.


Hay que subirlos con mucho cuidado, cualquier movimiento brusco podría provocar heridas al bombero y también a la perra. Tras dos horas de trabajo, los dos salen a la superficie sanos y salvos.


Viva pero muy asustada, Osa apenas se mueve, paralizada por el frío. Poco a poco entra en calor y a su manera, también da las gracias.

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