Recompensar las buenas notas con dinero funciona

Un estudio con 40.000 alumnos concluye que incentivarlos con dinero dispara su motivación para aprender.

Recompensar las buenas notas con dinero funciona. Al menos cuando el premio económico lo reciben los alumnos o se reparte entre el conjunto de la comunidad educativa.


Un estudio elaborado por economistas de la Universidad de Pennsylvania en casi 90 institutos de México revela que, con los incentivos adecuados, se puede potenciar que los estudiantes mejoren su rendimiento académico. También descubrieron que el reclamo de premiarlos hace que estén más dispuestos a hacer trampas y que pagar solo a los profesores no tiene efecto alguno.


"Nuestro objetivo era, sobre todo, tratar de determinar qué tenemos que cambiar para mejorar la educación", asegura Jere Behrman, economista de la Universidad de Pennsylvania y experto en políticas de desarrollo y pobreza. "Para los economistas es muy importante determinar qué incentivos mueven a las personas. Cuando hablamos de educación, la gente suele pensar que sabe qué hace falta para mejorar. Construir más aulas, comprar más pizarras o conseguir más libros. Pero lo cierto es que no sabemos muy bien qué es más necesario, así que nos planteamos dar incentivos y recompensas y ver qué tal funcionan".


De sus resultados, asegura, no se debe deducir nada más que lo que dice: que la motivación económica a los alumnos ayuda a mejorar su aprendizaje. Qué lo causa, sin embargo, no está claro. "Así permites que cada centro elija cómo hacerlo", apunta el economista.


El estudio, explica Behrman, dividió los 88 institutos del estudio en cuatro grupos, cada uno de unos 10.000 alumnos. En el primero se recompensó individualmente a los estudiantes que mejoraban su nivel de conocimientos en matemáticas durante el curso. En el segundo solo a los profesores de matemáticas que lograban una mejora entre sus alumnos.


En el tercero a toda la comunidad educativa -profesores, estudiantes y la dirección del centro- tanto por su trabajo individual como por el rendimiento del resto. Para el cuarto grupo no hubo incentivos económicos de ningún tipo. "Los resultados mostraron un gran impacto de las recompensas en los grupos uno y tres", señala el trabajo, "aunque un estudio en mayor profundidad también mostró que los incentivos económicos fomentaron un aumento en el número de tramposos, por lo que hubo que tener esto en cuenta para el análisis final".Novecientos euros

El grupo que más mejoró sus resultados de matemáticas fue en el que se premiaba a toda la comunidad educativa de los centros. Las recompensas estaban asociadas al nivel de mejora individual y colectiva, y crecían con el grado de aumento de rendimiento escolar. Estaba mejor remunerado pasar de un nivel bajo a uno alto o muy alto que hacerlo desde un nivel medio.


"La explicación de por qué pagábamos a los estudiantes por el rendimiento de sus compañeros tiene que ver con dos potenciales sinergias que creemos que pueden surgir", afirma el estudio. "En un caso por el mero efecto que puede tener crear un ambiente de aprendizaje en clase que fomente el trabajo de todos. Y también surge una segunda sinergia cuando los estudiantes se ayudan los unos a los otros". Si a los compañeros les va bien, el alumno recibe más dinero.


Si se tienen en cuenta los costes totales de la escolarización de estos alumnos de instituto, asegura Behrman, el experimento de las recompensas "solo supuso un aumento del 15% por estudiante". Y eso en el tercer grupo, que era el más caro y también pagaba a los profesores de matemáticas e incluso al director del centro. La mejora en el rendimiento, sin embargo, "probablemente vale muchísimo más que eso". Aunque es difícil de cuantificar por el gran número de supuestos que contempla el estudio, la calificación promedio de los alumnos que participaron en el tercer grupo aumentó más de 12 puntos sobre 100.


Uno de los retos a los que se enfrentaron los economistas fue que las recompensas económicas también fomentaron que los alumnos hiciesen trampas. "Intentamos que fuese lo más difícil posible", señalan. Aun así, su análisis estadístico posterior señala que, de media, este creció entre dos y seis puntos frente a la tasa normal -de un 6,2%.