Adiós a los vestidos de novia con escote palabra de honor

Los vestidos de novia palabra de honor desaparecen de la Pasarela Gaudí Novias.

Hannibal Laguna apuesta por la moda de finales de los años 50
Desaparecen los escotes palabra de honor en los vestidos de novia

Los vestidos de novia palabra de honor han desaparecido de la Pasarela Gaudí Novias después de muchas temporadas de reinado, en favor de los escotes en la espalda y los juegos de transparencias, una tendencia en la que han coincidido las firmas que estos días presentan sus colecciones en Barcelona.


Hannibal Laguna, que ha desfilado esta tarde, ha sido uno de los creadores en los que más se ha visto este cambio y quien mejor ha sabido plasmar la moda de finales de los años 50 en los vestidos de novia, especialmente de los años dorados del gran Hollywood.


Según ha explicado, en su colección suben los escotes, se juega con las clavículas, y el velo de novia se pone en la falda del vestido como un toque clásico, porque ahora las novias se casan con más edad. En tejidos, se impone la seda, el tul y los encajes de Chantilly.


"La creación de autor en los vestidos de novia nació en Barcelona, y ahora en todo el mundo se copia lo que se hace aquí y lo que se presenta en esta pasarela", ha recordado el diseñador, quien cree que "ya había llegado el momento de dar un giro a la moda nupcial, aunque en EE.UU. todas las novias quieren llevar los hombros al aire y será difícil hacerles cambiar".


De los 33 vestidos de la colección, que es la 101 de su carrera, los más deliciosos han sido los vestidos de novia de largo tobillero y las combinaciones de color nude con los ricos tejidos para dar visibilidad a las telas, que en los trajes de novia suelen ser muy buenas pero lucen poco en los detalles.


Laguna ha explicado que la crisis ha moderado los precios de los vestidos, por lo que todos los de esta colección están por debajo de entre 2.500 y 2.800 euros, hechos a mano y en España, con tejidos de primera calidad, y ha remarcado que le parece "una tomadura de pelo hacer pagar a una novia 2.000 euros, o más, por un vestido hecho a máquina en China".


La tercera jornada de esta pasarela ha empezado con Cymbeline, que ha enseñado un catálogo, al que ha seguido Isabel Zapardiez, con novias de buen gusto, vanguardistas, elegantes, pero sin ser clásicas.


Fran Sarabia y Manu Álvarez han desfilado juntos, y lo mejor han sido los sombreros y los tocados, mientras que los continuos tropezones de las modelos, y hasta una caída, lo que más ha llamado la atención, junto con el colorido de los trajes de fiesta.


De Matilde Cano, con música de Adamo, han desfilado vestidos de fiesta muy vaporosos, y lo más destacado han sido los chalecos hechos con chales y mantones de manila, con flecos incluidos, que daban un toque informal pero con gracia a los conjuntos.


El toque de espectáculo, como es habitual, lo ha puesto Jordi Dalmau, que ha cantado y bailado sobre la pasarela antes de enseñar sus habituales vestidos "dos en uno".


Debajo de la falda larga aparece otro vestido, y algunos que estaban francamente bien, pero han quedado tapados por el montaje teatral del diseñador, que ha puesto hasta 'shorts' con pedrería y brillantes a las novias, lo que los diseñadores definen como 'guiños de brillo', que son otra de las tendencias para el año que viene.


El estilo más romántico en trajes de novia lo ha puesto posiblemente la diseñadora gallega Patricia Avendaño, con mucho encaje, gasa y crepé en sus vestidos años 20, volúmenes en las faldas de brocado y muchos toques de pedrería y plateados.


Avendaño, que este año quiere expandirse y tiene previsto abrir tres tiendas en franquicia, según ha dicho, ha hecho de los flocados y brocados y de la gasa con aplicaciones de pedrería un elemento importante de la colección de fiesta, seria y bien cosida, en la que el color verde, el lila, el añil y el rojo han tenido un papel destacado.


Sonia Peña, con una colección de fiesta, es la ultima del calendario de hoy de la Barcelona Bridal Week, que mañana cerrará hasta el año que viene, tras el desfile de Pronovias, que este año celebra su 50 aniversario.