Manuel Baruque: “Podemos ahorrarnos el comentario de turno sobre el peso, hace mucho daño”

Ha escrito 'El peso de la perfección’, un libro autobiográfico sobre la lucha contra la anorexia y ha contado su experiencia en un acto en el Centro J. Roncal, organizada por TCA Aragón.

Manuel Baruque, autor de ‘El peso de la perfección’, un relato autobiográfico sobre la lucha contra la anorexia
Manuel Baruque, autor de ‘El peso de la perfección’, un relato autobiográfico sobre la lucha contra la anorexia
Francisco Jiménez

Manuel Baruque (Burgos, 1998) tiene 25 años, es Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y ha escrito su primer libro, 'El peso de la perfección', donde desgrana en primera persona la lucha de un adolescente contra la anorexia. Los zaragozanos han podido escuchar su testimonio en una charla organizada por la asociación TCA Aragón en el centro Joaquín Roncal. 

Ha escrito ‘El peso de la perfección’, un relato autobiográfico de la lucha contra la anorexia que sufrió siendo tan solo un adolescente y que ya va por la tercera edición. ¿Qué ha supuesto para usted desear esa perfección?

La anorexia es una enfermedad que te exige un perfeccionismo extremo y a mí la perfección casi me mata. Seguir unos estándares de perfección que no existen me supuso traspasar mis limites de salud físicos y mentales.

Su libro es una historia de superación que retrata sin tapujos una enfermedad que, en su caso, comenzó siendo casi un niño…

Con 10 y 12 años yo era un chaval con sobrepeso, pero nunca le había dado importancia, aunque por detrás tenía mucha inseguridad, falta de autoestima y miedo. Poco a poco fui perdiendo peso, me encerré en mí mismo, no salía con mis amigos y mi personalidad cambió. Pasé de ser un niño alegre a estar siempre agrio y malhumorado. Mis padres dieron la voz de alarma y me llevaron a profesionales que finalmente me diagnosticaron un Trastorno de Conducta Alimentaria con 15 años. El mismo día que los cumplía me ingresaron por primera vez en el hospital de Burgos durante 10 días y permanecí allí 5 meses. Los dos primeros años fueron los más duros de la enfermedad, que también afectó a mi salud mental.

¿De qué manera?

La anorexia es una enfermedad de la que únicamente se ve la punta del iceberg. Solo es evidente que la persona está delgada, pero por debajo yo tenía una grave depresión, no me valoraba en absoluto y me sentía poca cosa. Poco a poco te vas creyendo esas voces de tu cabeza y te encierras en tus drogas, que en mi caso fueron el ejercicio y el peso.

¿Puso en peligro su vida en algún momento a causa de a enfermedad?

Antes de mi ingreso, con 15 años llegó un momento en el que tenía un peso tan extremadamente bajo que no podía correr ni jugar al fútbol porque pensaba que me quedaba ahí. No tenía energía, me daban pinchazos en el corazón y me puse en grave riesgo. Eso fue lo que desencadenó mi primer ingreso. En esos momentos yo creía que me iba a morir. Era consciente de que la enfermedad me estaba ganando y de que se me iba a llevar por delante, pero nunca pensé en quitarme la vida.

Estuvo ingresado una segunda vez…

Sí. Tuvieron que volver a ingresarme una segunda vez pero de ahí salí pensando que podía con la enfermedad, me encontraba mejor y sabía cómo afrontarla. Sin la terapia que recibí durante esos años hubiera sido impensable poder salir y sin la ayuda psicológica y el apoyo familiar no podría haberlo superado. En total, mi proceso de recuperación duró 5 años. Me dieron el alta a los 20.

Entonces, ¿es posible recuperarse de un TCA?

Yo estoy recuperado y tengo una vida normalizada. Cuando estaba en medio de la enfermedad nunca pensé en que podría acabar mis estudios, ir a la universidad y trabajar en algo que me gusta, y lo he logrado. Soy un afortunado.

¿Ha sacado algo positivo de su paso por esta enfermedad?

Me hizo madurar más rápidamente. Cuando estás ingresado por una enfermedad como la que he pasado yo ves cosas muy duras y solo tenía 15 años. Sin embargo, lejos de hundirme, me aportó una madurez que me ha ayudado después en mi vida personal y profesional. De hecho, cuando me recuperé solo quería hacer algo para ayudar a los jóvenes que estaban pasando por lo mismo que yo y decidí escribir el libro. Lo hice gracias al diario de la enfermedad que llevé durante los 5 años y en el que escribía mis pensamientos y mis vivencias. Fue algo que me ayudó mucho y he volcado esos recuerdos en el libro.

Usted es un profesional en su campo -trabaja en estudios de mercados en Madrid-. ¿Cree que el exponerse de esta manera puede perjudicarle en su carrera profesional?

En su momento le di muchas vueltas a si me podía afectar pero creo que no es así y por encima de todo estaba mi voluntad de ayudar, ya que todos los beneficios del libro van destinados a asociaciones de familiares en la lucha contra los TCA. Nunca he tenido miedo de que mi experiencia con esta enfermedad afectase negativamente a mi trabajo. Al contrario, he tenido siempre mucho apoyo y me han tendido la mano en todo momento.

Pero, ¿existen todavía estigmas que rodean a la anorexia?

Sí, pero desde que yo lo pasé, hace ya 10 años, se ha avanzado mucho. Aún quedan cosas por hacer. Es importante visibilizar estas enfermedades, pero también hay que destinar recursos a los médicos y profesionales. Los pacientes no podemos estar meses esperando una cita con el psicólogo. La educación es clave para concienciar a los niños y jóvenes sobre estas enfermedades y ahí entra nuestra responsabilidad como sociedad. No podemos juzgar al otro y es necesaria una mayor empatía. El comentario de turno sobre el peso nos lo podemos ahorrar porque puede herir y hacer mucho daño.

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