España tarda el quíntuple que Alemania en traer nuevos fármacos contra el cáncer

Los oncólogos denuncian que, además, cuatro de cada diez innovaciones aprobadas por la agencia europea nunca llegan al enfermo español.

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Los enfermos españoles con cáncer tienen un serio problema para acceder a los nuevos fármacos y avances terapéuticos que pueden curar o cuando menos frenar o ralentizar el avance de esta familia de patologías. Dicho en pocas palabras. Los medicamentos oncológicos innovadores llegan a los hospitales españoles demasiado tarde, con cuentagotas y en muchas ocasiones solo para que puedan ser utilizados por parte de los pacientes que los necesitan. Se trata de una situación sanitaria indeseada que lejos de ir encauzándose evoluciona a peor.

Los oncólogos han dicho basta. Denuncian que a esta situación, notablemente peor a la que viven los pacientes de países vecinos, se ha llegado porque las autoridades sanitarias españolas, tanto las estatales como las autonómicas, no invierten el dinero necesario en fármacos contra el cáncer y porque, además, los procedimientos y estructuras que filtran la adquisición de tratamientos son muy mejorables.

El informe 'Indicadores de acceso a terapias innovadoras en Europa', la principal auditoría anual sobre el grado de disponibilidad de nuevos medicamentos en 37 países avanzados -entre ellos los 27 de la UE- coloca a España en la mitad inferior del ranking, en una posición difícilmente explicable por su tamaño, riqueza y categoría científica.

El informe más reciente, en su capítulo sobre fármacos de lucha contra el cáncer, mide el grado de acceso real en cada país, a fecha 1 de enero de 2023, a los 40 tratamientos innovadores que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorizó entre 2018 y 2021 por disponer de suficiente evidencia científica, efectividad y escasos efectos secundarios.

El primer dato que llama la atención es que España tarda de cinco a seis veces más que Alemania en trasladar a los pacientes las innovaciones terapéuticas. Si el socio centroeuropeo necesita entre tres y cuatro meses de media para financiar en sus hospitales las novedades contra el cáncer autorizadas por la EMA, España no lo suele hacer en menos 611 días. Tarda veinte meses, casi dos años.

Pero eso no es lo peor. El inconveniente no solo es la excesiva dilación en la llevada de remedios, el gran problema es que las autoridades españolas no financian ni seis de cada diez nuevos medicamentos contra el cáncer validados por la EMA. Una proporción pírrica si se compara con el 72% de Francia, el 76% de Gran Bretaña, el 83% de Italia y el 98% de Alemania. Los especialistas españoles en la lucha contra el cáncer de pulmón aclaran que de las ocho dianas terapéuticas genómicas que tienen fármacos aprobados por la UE en su área solo disponen de cuatro.

Un tercer contratiempo es que lo poco que llega no es para todos. España está entre los países que más limitaciones de acceso ponen a los fármacos oncológicos innovadores que decide financiar. Hasta en la mitad de estos productos se especifica a quién se le pueden suministrar y quién no. En Francia solo se limita el uso del 18%, en Italia las pegas solo existen para el 14% de los nuevos productos y en Alemania no hay traba alguna en el acceso a las innovaciones.

"El tiempo es determinante"

Lo que también certifica el informe es que en el último año, con ya ocurrió con los anteriores, las cosas en España han empeorado. Si en 2021 el tiempo medio de espera para la llegada de las novedades oncológicas de la EMA fue de 15 meses, el año pasado aumentó en cinco. Si hace dos años solo acababan por llegar el 61% de las nuevas terapias, hoy son el 57%, cuatro puntos menos. Y si las autoridades españolas ponían limitaciones al acceso general del 40% de estos nuevos productos, ahora ocurre con el 50%, diez puntos más.

El presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología, el doctor Rafael López, recuerda a las autoridades que "el tiempo es un elemento determinante para los pacientes, quienes no pueden asumir largas esperas en la aprobación de los fármacos". "No se entiende -añade- que España, que está entre los países europeos que lideran el desarrollo clínico de la investigación oncológica, sea también un país donde las innovaciones tardan en llegar al paciente, o directamente no llegan". Isabel Pineros, ejecutiva de Farmaindustria, lamenta, igualmente, "el enorme perjuicio para los enfermos españoles, que no acceden a los tratamientos de mayor eficacia o lo hacen con gran retraso".

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