¿Ha desconectado en vacaciones?

Los períodos de descanso regeneran el cuerpo, activan la memoria y reducen nuestro estrés.

Las vacaciones y el buen tiempo llena las playas en la costa andaluza
Las vacaciones y el buen tiempo llena las playas en la costa andaluza
Alvaro Cabrera

La gente ha ido llegando estos días de sus vacaciones en un goteo constante. Vuelta a la rutina... Ya sabemos que eso cuesta. Pero, muy importante: ¿ha logrado desconectar al menos en agosto? Parece casi imposible no hacerlo mientras uno está tumbado mirando al mar. Pero... ¿de verdad resulta tan sencillo, de verdad apagas el ordenador y te olvidas de todo? Pues no es tan fácil, o no para todo el mundo al menos. Una llamada del jefe a mediados de agosto que te hace ‘regresar’ momentáneamente a la oficina, esos emails de trabajo que no dejan de llegar... ¿A cuánta gente le sucede esto? A más de la que cree. La encuesta ‘Verano y bienestar físico y mental 2022’, realizada por TopDoctors, confirma que el 75% no logra desconectar totalmente en vacaciones. Otra cifra en la misma línea: según un informe de InfoJobs, el 64% de los trabajadores españoles responden llamadas o correos durante su tiempo de descanso.

Ahora, deje de pensar en el trabajo y mire solo por su salud: el cerebro necesita vacaciones. Y las ventajas de este descanso son importantes: regenera el cuerpo, activa la memoria y nos ayuda a reducir los niveles de estrés crónico. Estos beneficios se notan incluso antes de marchar. "El simple hecho de esperar una futura recompensa puede ser hasta más gratificante que esta misma. Lo es gracias a una pequeña molécula llamada dopamina", explica Javier Tubío Ordoñez, profesor del Máster en Neuropsicología y Educación e investigador del grupo Neurociencia aplicada al contexto educativo de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

Períodos de descanso cada 3 meses

Así que esas vacaciones que usted acaba de disfrutar (igual sigue en ello) han hecho mucho por su salud mental al reducir los niveles de estrés crónico. ¿Cómo? Estando ociosos nuestro cerebro es capaz de revertir, al menos de forma temporal, los efectos negativos de estar estresados y mantener así la motivación. De este modo, y para no avistar la recompensa muy lejos en el horizonte, el experto considera que lo ideal es poder disfrutar de periodos vacacionales cada, aproximadamente, tres meses.

"Debemos hacer algo diferente y que nos llene como mínimo un fin de semana cada dos meses. Algo que nos mantenga esperando a que llegue", coincide Inés Valderrábano, psicóloga en el Instituto Psicológico Cláritas. Recomienda también hacer planes una vez a la semana, aunque sean más modestos, para «recargar las pilas».

Así que queda resuelta una cuestión siempre a debate: ¿qué es mejor, coger todas las semanas de vacaciones seguidas o ‘partirlas’ y disfrutarlas en varios tramos? Los expertos insisten en que, si es posible elegir, dividamos los días para tener más intervalos de descanso repartidos a lo largo del año, en lugar de concentrarlo todo en verano.

No se obsesione con el plan perfecto

Puede parecer que cuando uno tiene vacaciones ya está, que solo queda disfrutar. Y es así, pero a veces asoma el estrés: por los preparativos, porque tenemos dudas con el destino elegido, porque el plan no es el que más nos apetece... "A lo mejor es una tradición veranear todos en la casa que la familia tiene en un pueblo del Levante, pero puede que a alguien ese plan le agote, que no le guste. ¿Qué sucede entonces? Pues que va a requerir un esfuerzo y un estrés decir que no y no dejarnos condicionar por el enfado de los demás", advierte Valderrábano.

Vale, decidimos entonces cambiar de aires, dejar al resto de la familia en el Levante y aventurarnos a otro destino, pero ¿a cuál? "Cuando elegimos el lugar donde pasar nuestras vacaciones tampoco hay que dejarse influir solo por que parezca un buen lugar para hacerse un selfi o porque ese destino esté de moda en ese momento en las redes sociales", advierte Tubío.

Los especialistas son claros: no debemos obsesionarnos con las vacaciones perfectas o programarlo todo al milímetro, esto solo nos llevará a la frustración si no se cumplen las expectativas. Y todo ello va a aumentar los niveles de estrés de la persona.

El ‘bajón’ de los primeros días

Pongamos que ha superado (esquivado incluso) el estrés de planificar las vacaciones (muchos están volviendo ya, pero otros se van ahora). Queda afrontar otra cuestión: el bajón que algunos sufren los primeros días de descanso: "Mientras se trabaja a un ritmo trepidante, los niveles de cortisol y adrenalina -las dos hormonas relacionadas con el estrés- son elevados. La adrenalina hace que nuestro sistema inmunitario esté más fuerte y el cortisol actúa como antiinflamatorio, todo ello para que podamos aguantar largas jornadas. Cuando entramos en ‘modo vacaciones’, estos niveles de hormonas disminuyen, con lo que el sistema inmunitario se deprime y podemos enfermar con más facilidad o tener problemas de salud", señala Silvia Sumell Canalda, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya.

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