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Doctor Google, '¿qué me pasa?': el 46% de los aragoneses se autodiagnostica en internet

Los profesionales alertan del riesgo para la salud, la posibilidad de caer en estafas en la red y de llegar a la hipocondría digital o cibercondría.

Cuatro de cada diez españoles busca información en internet
Cuatro de cada diez españoles busca información en internet
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La escena se repite en las consultas. "Viene una paciente con la palabreja apuntada en un papelito, por ejemplo el nombre de un ‘medicamento’ milagroso que les va a hacer perder 20 kilos en unos meses; o incluso se citan de urgencia con un diagnóstico en la cabeza: 'Tengo cáncer y es en la sangre', y todo es porque, si buscas en internet ‘bulto en la garganta’, te sale que tienes leucemia".

Cuatro de cada diez españoles busca información sobre salud en internet y así lo ve con frecuencia en el centro de salud del Arrabal, en Zaragoza, Carmen Magallón, médico de familia que constata que "la gente se cree todo lo que ve en internet y el problema es que no discrimina entre la información fiable y la que no lo es; a veces se fían más de lo que dice alguien anónimo en los comentarios de una web que de lo que pueda decirle un profesional". Y en personas especialmente sugestionables, esta práctica de recurrir al ‘doctor Google’ "genera incertidumbres y ansiedad; hay mayores angustiados por tener manchas en la piel, pensando que se mueren, y son carcinomas extirpables con buen pronóstico". Aragón es la quinta comunidad autónoma en uso de internet para el autodiagnóstico: un 46,6% de los aragoneses admite hacerlo según el ‘IV Estudio de salud y estilo de vida’, elaborado por Aegon Seguros.

"La gente se cree todo lo que ve en internet y el problema es que no discrimina entre la información fiable y la que no lo es; a veces se fían más de lo que dice alguien anónimo en los comentarios de una web que de lo que pueda decirle un profesional"

Magallón anima a no creerse todo lo que leen en internet, no sugestionarse ni gastar dinero en cosas inútiles y, ante todo, consultar con los profesionales. No hay duda de que la continuidad genera confianza en la relación médico-paciente. "Llevo 32 años con los mismos pacientes y me consultan sobre lo que ven en internet: '¿Esto me lo creo o no?', me dicen, y a veces les recomiendo webs de confianza, con contenidos valiosos dirigidos a pacientes, como las de la Sociedad Española de Medicina de Familia o el Ministerio de Sanidad; la Sociedad Española de Rehabilitación tiene ejercicios buenísimos en su web".

Riesgos para la salud

Pocas preguntas podemos hacernos que no estén ya respondidas en internet. Para bien o para mal, en la web hay respuesta para casi todo, desde cómo planear una despedida de soltera al mejor remedio natural contra el dolor de muelas. Así que, cuando nos asaltan las dudas, especialmente si están relacionadas con nuestra salud, lo primero que hacemos es recurrir al ‘doctor Google’. Es fácil, está al alcance de la mano y, en general, nos calma, porque nos hace sentir (falsamente) con la situación bajo control. Sin embargo, es una conducta que puede entrañar riesgos. "Aunque la información obtenida en internet relacionada con la salud puede ser de ayuda para el autocuidado y el mantenimiento de un estilo de vida saludable, a veces no es del todo precisa o se presenta en un lenguaje excesivamente técnico y difícil de interpretar fuera del contexto sanitario, lo que puede generar confusión. Otras veces, contradice las evidencias científicas y promulga conductas potencialmente peligrosas, desde interrumpir el tratamiento de una enfermedad que se padece a invitarnos a hacer una dieta milagro", advierte Marta Martínez del Valle, secretaria de información de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

"Hay gente que, sin ser profesionales sanitarios, incluye información sobre síntomas muy generales, como un dolor de cabeza, para comercializar algún falso remedio y enriquecerse a costa del mal ajeno"

También puede ocurrir que uno acabe en webs donde "hay gente que, sin ser profesionales sanitarios, incluye información sobre síntomas muy generales, como un dolor de cabeza, para comercializar algún falso remedio y enriquecerse a costa del mal ajeno", añade la psicóloga Sherezade Márquez Martínez, miembro del colegio de psicólogos de Vizcaya.

Hipocondría digital 

Aun así, casi todos hemos recurrido a la red para despejar nuestras dudas en torno a una sintomatología que nos preocupa. De hecho, el 43,7% de los españoles admite que se autodiagnostica en internet, según el estudio de Aegon Seguros.

Cuando hacer este tipo de búsquedas interfiere en la vida diaria, hablaríamos de hipocondría digital o cibercondría, un trastorno caracterizado por la preocupación obsesiva por la salud que lleva a una persona a buscar continuamente información sobre síntomas, dolencias o enfermedades para poner un nombre a lo que le ocurre, o a lo que cree que le sucede.

"El paciente hipocondríaco tiende a interpretar de manera errónea cualquier sensación considerada normal (...) eso les lleva a consultar en internet constantemente las posibles causas"

Síntomas que se exageran. "El paciente hipocondríaco tiende a interpretar de manera errónea cualquier sensación considerada normal, como los ruidos intestinales; o que constituye un síntoma menor de cualquier proceso, como tener una temperatura corporal de 37,5ºC. En estos casos, ellos lo interpretan como un signo inequívoco de una enfermedad grave que puede poner en riesgo su vida, y eso les lleva a consultar en internet constantemente las posibles causas. Si, además, son personas que ya están diagnosticadas de alguna enfermedad orgánica, bien aguda o crónica, su nivel de preocupación es tal que presentan un grado de ansiedad muy superior al de una persona psicológicamente sana", cuenta Martínez del Valle. El proceso de búsqueda puede ser tan infinito como páginas hay en la red, lo que lleva a algunas personas a pasarse la vida comprobando lo que les pasa. "Hay quien deja de ir al trabajo o de salir de casa", advierte Márquez Martínez.

Le puede pasar a cualquiera y a cualquier edad, aunque "el perfil más habitual del hipocondríaco digital es una persona de entre 30 y 50 años", afirma la doctora de atención primaria. Por sexos, el estudio de Aegon destaca que las mujeres (48,6%) son las que realizan más búsquedas por internet sobre salud, diez puntos por encima de ellos. El perfil que más se autodiagnostica son mujeres mayores de 55 años con hijos. Las que más se automedican son las de mediana edad, sobre todo las ‘millennials’ (31,1%), según Aegon. Navarra es la comunidad donde más búsquedas de este tipo se realizan. País Vasco y La Rioja están a la cola. 

Enfermedades crónicas y síntomas psicológicos

Qué consultan los mayores. Se consulta principalmente sobre síntomas o dolores ocasionales, seguido de enfermedades leves o puntuales, enfermedades crónicas o recurrentes y síntomas psicológicos, según los datos obtenidos por Aegon. Las patologías crónicas son las que más interesan a los encuestados mayores de 60 años, mientras que la salud mental genera más búsquedas entre los jóvenes de 18 a 25 años. Esta tendencia ha desembocado en un repunte de la automedicación en España: el 24% de los españoles se automedica, un 1,3% más que en 2020. Casi la mitad de ellos lo atribuye a que saben lo que les va a recetar el médico, según los síntomas que experimentan, mientras que el resto lo justifica con que se automedica para tratar enfermedades leves o por la dificultad de conseguir una cita en el médico ante las largas listas de espera.

Una persona consulta internet.
Una persona consulta internet.
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¿Dónde queda la confianza y credibilidad de los profesionales de la salud? "Tener tanta información nos hace creer que sabemos más que los médicos, pero debemos tener cuidado, porque cuando buscamos respuestas en internet sobre algo que nos preocupa surge el sesgo de confirmación, es decir, aunque encontremos cincuenta diagnósticos distintos a los síntomas que tenemos, inconscientemente nos fijamos y nos quedamos con el más dramático, porque la emoción que nos mueve es la angustia, sea eso o no lo que nos ocurre", avisa Márquez Martínez.

Para evitarlo, "ante cualquier problema de salud que nos preocupe, la persona que nos puede ayudar es nuestro médico de atención primaria, que puede aplicar las exploraciones y técnicas para llegar a un diagnóstico –señala Martínez del Valle–. Como médicos, debemos buscar una comunicación de calidad, intentando que el paciente adquiera la confianza necesaria para que nos plantee todas sus dudas y salga de la consulta satisfecho tras resolverlas con un lenguaje comprensible". Esto es especialmente importante en la actual época de incertidumbre. "La pandemia ha provocado un aumento de bulos en salud y ha generado una infoxicación alarmante, algo que ha afectado más a personas psicológicamente menos estables, como los hipocondríacos", añade.

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