La mitad de los adolescentes españoles no hace actividad física alguna

Los pediatras alertan de que niños y jóvenes están en niveles alarmantes de sedentarismo porque las pantallas ocupan su ocio.

Ejercicio físico.
No hacer ejercicio es claro factor de riesgo para casi todo tipo de enfermedades graves
Pixabay

Los pediatras españoles han lanzado una seria advertencia a poderes públicos y familias. España, aseguran, tiene posiblemente hoy la adolescencia y juventud más sedentarias de su historia. Un hábito vital muy pernicioso que, recuerdan, es claro factor de riesgo para casi todo tipo de enfermedades graves, especialmente lesiones cardiovasculares y trastornos mentales.

No es un decir. Los datos más recientes recabados por el Ministerio de Sanidad revelan que el 45% de los españoles de 15 a 25 años, prácticamente la mitad, reconoce que no es que tenga poca actividad física sino que no tiene ninguna. No hacen nada. Pasan la vida, confiesan, sentados o tumbados. En la infancia el problema es algo menor, pero ya apunta maneras de cómo puede terminar en pocos años. El 12% de los chicos de 4 a 15 años son sedentarios radicales, con una especial presencia de inactividad absoluta en las niñas, entre quienes llega al 16%.

Pero la Asociación Española de Pediatría avisa que aún no se ha visto lo peor. Sus consultas detectan que el sedentarismo se disparó entre los jóvenes durante el confinamiento y que ha seguido en niveles muy altos toda la pandemia, incluso ahora, cuando se percibe cierta normalización de la vida y las relaciones sociales.

Los expertos consideran que el escandaloso porcentaje de sedentarismo juvenil se explica, además de por un proceso acelerado de urbanización de las costumbres, por un ocio completamente estático, vinculado a pantallas de televisión, ordenador o móvil. Han detectado «un gradual y consistente aumento de peso debido al exceso de ganancia energética». Comen demasiado y mal y no queman nada.

Save the Children tiene una percepción idéntica. El otoño pasado encuestó a 2.000 padres con chicos menores de edad. El 28,1% admitió que sus hijos tenían sobrepeso. Es medio punto más que antes de la covid, pero, además, el director general de la ONG, Andrés Conde, pronosticó que la cosa irá a peor porque el aumento del índice de masa corporal, que delata el sobrepeso y la obesidad, requiere de meses para manifestar los cambios.

El empeoramiento del sobrepeso es algo grave, porque España ya era el país europeo, junto a Italia y Chipre, que lideraba el ranking de obesidad infantil. Este sobrepeso patológico afecta al 18% de los niños, una tasa un 50% mayor que la media de la UE, que tiene una obesidad entre los escolares del 12%.

Niño rico, niño pobre

La prevalencia del sedentarismo tiene un evidente sesgo socioeconómico, señala Conde. Mientras siete de cada diez hogares con ingresos altos practican deporte o actividad física regular solo tienen un dinamismo similar cuatro de cada diez familias con bajos ingresos. En otras palabras, la mayoría de hogares pobres o no hace desgaste físico alguno o es algo muy ocasional.

Un segundo dato aportado también por Save the Children ilustra la otra cara de la misma moneda. El 46,3% de los menores que pasan más de cinco horas diarias abducidos por las pantallas pertenecen a familias modestas o directamente pobres. Por contra, el 79,6% de los chicos que no llegan a perder ni una hora diaria ante un pantalla pertenece a un hogar de renta alta.

La alerta de los pediatras coincide con la publicación de un estudio de ISGlobal que concluye que el sedentarismo es más lesivo para la salud incluso que la contaminación atmosférica y acústica. Calculan que si la inactividad que vivió España durante el confinamiento de 2020, que rozó el 100%, se hubiese alargado un año habrían subido un 10% los diagnósticos de infarto e ictus y un 8% los de depresión.

Los pediatras señalan que niños y adolescentes deben realizar al menos una hora de ejercicio físico al día y que es indispensable que lo interioricen como un hábito más de su vida para que luego les resulte indispensable y les cueste abandonarlo. Creen preciso que, para ayudar en este propósito, se aumenten las áreas de juegos y actividades al aire libre y las dependencias deportivas en colegios e institutos.

Aumento del 30% en el riesgo de demencia

Los médicos vinculan desde hace años el sedentarismo con enfermedades tan graves como infartos, ictus, diabetes o algunos cánceres, pero no son las únicas. La ausencia casi total de actividad física regular es el principal factor de riesgo para padecer una demencia, según explica María Manzano, neuróloga del Hospital Infanta Leonor de Madrid. «La actividad física es un factor protector frente al desarrollo de demencia y enfermedad de alzhéimer, así como frente a patologías cerebrovasculares», confirma Carmen Terrón, especialista en demencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

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