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Ejercicios en casa para aliviar el dolor de cervicales 

La zona cervical es una de las más dañadas por movimientos, posturas y tensiones que la rutina provoca.

Cervicales.
Cervicales.
Getty Images/iStockphoto

Pasar muchas horas sentando delante del ordenador, la rutina de la oficina, la tensión de conducir, la adopción de malas posturas... Al final, el cuerpo se acostumbra a unos hábitos corporales que luego pasan factura en cuestiones de salud. Una de las zonas más dañadas son las cervicales. Molestias provocadas por anomalías en las articulaciones, los músculos, ligamentos, vértebras  y nervios. 

La parte cervical se caracteriza por su flexibilidad y habilita la amplitud de movimientos de la columna vertebral. Así, es frecuente encontrar dolor localizado en este punto del cuerpo. Tener en cuenta una serie de ejercicios para aliviar el dolor y descargar la tensión acumulada en la zona es importante. Ejercicios que precisan de una rutina continuada para asegurar su eficacia.

  • Estiramiento de trapecio: colocamos una de las manos en la espalda para que el hombro de ese brazo se quede abajo. Con la otra mano, cogemos la cabeza y llevamos la oreja en dirección al hombro, en una posición donde notemos estiramiento en el cuello. Mantenemos durante 20 o 30 segundos. Desde esta misma posición, podemos variar el movimiento bajando la cabeza hacia delante y rotando la barbilla para estirar la zona posterior de la musculatura. Mantenemos otros 20 o 30 segundos. A continuación, despacio y de manera progresiva, colocamos la cabeza en la posición de inicio. Una vez echa con una mano, cambiaremos a la otra.

  • Movilización cervical: con este movimiento tratamos de aumentar la movilidad de nuestra columna ayudándonos de los ojos. Y es que tenemos un reflejo que une la movilidad ocular con la movilidad del cuello. La acción consiste en girar la cabeza de manera lenta a ambos lados, acompañando con la vista el movimiento giratorio hasta el máximo que podamos. Desde esta posición, giraremos la cabeza suavemente hacia el otro lado lo máximo que podamos y acompañando del mismo modo con la vista.

  • Corregir la lordosis cervical. El objetivo de adoptar esta postura concreta es corregir la rectificación cervical. Para este, necesitaremos una toalla enrollada. Tumbados, con la mirada puesta hacia arriba colocamos la toalla a la altura cervical, debajo del cuello, de tal manera que la toalla no quede en contacto con la base del cráneo y la zona de los hombros. La toalla debe situarse curva siguiendo la fisionomía del cuello. En esta posición, nos mantendremos durante cinco minutos.

Aunque existen más, estos son tres ejercicios imprescindibles en una rutina diaria que podemos realizar en casa. No requiere de un gran esfuerzo, solo del tacto adecuado.

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