Cigarrillos electrónicos, unos malos sustitutos del tabaco tradicional

Las autoridades médicas dictaminan que tiene efectos secundarios en la salud. En EE. UU. se ha denunciado una "epidemia" por el uso de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes.

Cigarrillo electrónico
Cigarrillo electrónico

Llegaron como el "perfecto" sustituto al tabaco tradicional. Más económicos a largo plazo y prometiendo unos efectos "menos" nocivos en la salud. Los cigarrillos electrónicos o vapeadores se convirtieron en una muy buena alternativa, o eso debieron pensar los cerca de 950.000 consumidores que se registraron, poco después de su llegada,  en España en el año 2013, según datos proporcionados por la UPEV, Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo, a HERALDO. Rodeados siempre de una polémica que atañe a si son "mejores" o peores que el tabaco tradicional o si realmente son una buena alternativa para los que quieran dejar de fumar, ahora estos vaporizadores vuelven a estar en el punto de mira, aunque al otro lado del charco.

Recientemente, Estados Unidos ha denunciado una "epidemia" por el uso de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes debido a los altos niveles de consumo, especialmente en menores de edad. 

Estos dispositivos, que utilizan una pequeña batería para calentar una solución líquida, con o sin nicotina y convertirla en vapor aromatizado, están prohibidos en España para los menores de 18 años "para evitar situaciones como la de EE. UU.", tal como ha comentado el presidente de UPEV, Arturo Ribes. Existe una regulación específica, vigente desde 2014, que prohíbe su venta y entrega a los menores de edad. Algo con lo que las "tiendas especializadas y los empresarios" están muy concienciados. El consumo de cigarrillos electrónicos en España se concentra en un sector específico de la población que son los adultos que "vislumbraron una alternativa eficaz" para conseguir desengancharse del tabaco.

Además, hace algo más de un año se reguló también la cantidad máxima de nicotina permitida, que asciende a 20 miligramos. "España tiene un bajo nivel de nicotina permitido puesto que estos cigarrillos surgieron con la idea de que los fumadores encontraran una alternativa menos perjudicial que les ayudase a dejar el tabaco. En EE. UU. hay niveles de hasta 50 miligramos lo que es una barbaridad", ha añadido Ribes.

"Se publicitan como un método para dejar de fumar y realmente es difícil que ocurra" ha explicado el médico de familia Rodrigo Córdoba, que también forma parte del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. La nicotina es el factor adictivo del tabaco y nicotina es lo que llevan el "98% de los cigarrillos electrónicos que se compran, aunque sea limpia y en menor cantidad". Esto, unido a que la solución líquida de recarga es "tremendamente tóxica" para el corazón, "hace que no sea una de las mejores alternativas del mercado", ha añadido el doctor. Él recomienda el uso de parches o chicles de nicotina, aunque ha comentado que se puede afirmar que los cigarrillos electrónicos "son menos perjudiciales para la salud porque no se produce combustión".

En España existen en la actualidad 472.500 vapeadores, según los datos del UPEV. La estudiante zaragozana Beatriz Lasheras es uno de ellos. Adquirió su cigarrillo electrónico hace tiempo con el propósito de reducir su consumo de tabaco y "dejar de fumar a largo plazo". Tuvo un resultado a medias puesto que consiguió rebajar el número de cigarrillos que consumía por día pero no logró dejar de fumar a largo plazo. "Mi problema es que al fumar tabaco de liar, con el que sientes mucho más la sensación del humo, el vapeador no te sacia del todo", ha comentado. Para ella, la experiencia de fumar y la de vapear son diferentes "aunque como puedes cogerlo del sabor que quieras, te mantienes entretenida y puedes reducir el número de cigarros al día, pero yo creo que no me ayuda a dejar de fumar del todo.", ha añadido.

El doctor Pérez Trullen del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, asegura que "los cigarrillos electrónicos son igual de malos que el tabaco tradicional. No se puede comparar algo que es malo con algo que también lo es. Además tiene efectos secundarios para la salud, lo que nos lleva a la misma situación que el tabaco tradicional".

Un sector que crece despacio tras una gran caída

España se sitúa a la cola en el mercado de los cigarrillos electrónicos. Tras un gran éxito en el año 2013, el sector descendió dos años después desde las 3.000 tiendas especializadas en toda España  hasta solo 150. En la actualidad existen un total de 450 en España, lo que representa una ligera subida respecto al año 2017. El número de fumadores también se ha incrementado de 450.000 a 472.500. Aunque esto son cifras que representan una nimiedad en comparación con las cifras de 2,8 millones de vapeadores en Reino Unido o Alemania.

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