Patas de gallo, bolsas en los ojos, líneas de expresión, manchas, arrugas...El paso de los años se plasma en la piel y especialmente en la del rostro, pues se trata de una de las zonas más sensibles y expuestas del cuerpo.

Los 'peelings', el bótox o los tratamientos con láser son las técnicas más conocidas a las que recurren aquellos que quieren disimular o acabar con estas imperfecciones de su rostro, pero existen otras más naturales de las que muchas 'celebrities' ya presumen. Una de ellas es el yoga facial, una práctica con la que se ejercitan los músculos de la cara, garantizando así su elasticidad y firmeza. Meghan Markle, prometida del príncipe Enrique de Gales, aseguró que gracias a estos ejercicios sus "pómulos y mandíbula están mucho mejor esculpidos".

Aunque son muchos los que desconfían de la eficacia de este tipo de terapias alternativas, entre ellas el yoga, un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en la revista especializada 'Jama Dermatology' señala que esta práctica sí sirve para rejuvenecer el rostro, tras comprobar durante 20 semanas los resultados que estos ejercicios faciales en un grupo de 27 mujeres de entre 40 y 65 años. Tanto las participantes, como un grupo de dermatólogos ajenos a la investigación, destacaron la mejoría del rostro y estimaron que parecían hasta tres años más jóvenes que al inicio del estudio.

Practicar en casa

En caso de querer iniciarse en esta práctica, y corroborar si sus resultados son realmente efectivos, conviene recurrir a un experto en este tipo de ejercicios. No obstante, a continuación se incluyen algunos ejercicios básicos para probar si esas arrugas que tanto te atormentan comienzan a desaparecer:

Sube las cejas tanto como puedas durante cinco segundos. Después, relaja el rostro y vuelve a repetir el movimiento 10 veces. Después, abre los ojos todo lo que puedas y, acto seguido, frunce el ceño como si estuvieses enfadado. De nuevo, relaja el rostro y vuelve a repetir 10 veces. Así, se ejercita la parte superior de la cara. Para la parte media, abre la boca y saca la lengua lo máximo posible, manteniendo el gesto durante cinco minutos. También puedes torcer la nariz hacia ambos lados durante 10 veces. Levanta la cabeza y saca la lengua todo lo que puedas. Así, se estiran los músculos del cuello y del óvalo facial. 

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