Salud

¿Cómo reacciona el cerebro ante el ciberacoso?

Un grupo de investigadores andaluces ha desarrollado un nuevo sistema para medir la respuesta emocional ante este tipo de ataques.

Casi el 7% de los menores aragoneses sufren ciberacoso.
URV

Investigadores del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia de las Universidades de Jaén y Córdoba y del grupo Interpersonal Aggression and Socio-Emotional Development de la Universidad de Sevilla han diseñado y validado una herramienta de medición de los efectos emocionales que produce el ciberacoso en adolescentes de entre doce y 18 años.

Los expertos destacan que esta nueva metodología posibilita una mejor planificación de las estrategias de actuación ante este tipo de violencia, según ha informado este lunes la Fundación Descubre en una nota. Los resultados de este estudio incluyen las cifras del acoso a través de medios telemáticos y muestra las distintas posibilidades de impacto emocional de las víctimas ante los sucesos.

Hasta la fecha no existía ningún instrumento con características psicométricas adecuadas para valorar el impacto emocional del ciberacoso. Igualmente, el estudio ha mostrado que existen respuestas que no son tan evidentes como las incluidas en trabajos anteriores, como podrían ser el sentirse activo o atrevido.

Trabajos previos habían analizado el impacto sobre el funcionamiento de manera más global incluyendo depresión, ansiedad o baja autoestima, incremento de la probabilidad de consumo de alcohol y drogas o incluso, de autolesión, pero no incluían emociones específicas y menos aún emociones no negativas.

Por tanto, los investigadores observaron la necesidad de establecer herramientas de análisis más precisas que las usadas hasta el momento. "El acoso cibernético es hoy una cuestión suficientemente importante como para ser considerado un problema de salud pública. Por esta razón debíamos obtener un sistema que sirviera de indicador válido para conocer no sólo las causas, sino las consecuencias", ha explicado la investigadora de la Universidad de Jaén Paz Elipe, una de las autoras del artículo.

Más fiable

Los científicos andaluces han desarrollado y comprobado la capacidad de evaluación de la herramienta llamada 'Escala de impacto emocional de la cibervictimización', (Cveis por sus siglas en inglés). Está inspirada en la escala 'Escala de afecto positivo y negativo' ('Panas'), un instrumento ampliamente utilizado por los psicólogos para evaluar el estado afectivo en general.

Éste se compone de 20 parámetros agrupados en dos factores: afecto positivo y negativo. Mientras que el afecto positivo refleja la medida en que una persona se siente entusiasta, activa y alerta, el negativo se caracteriza por la tristeza y el letargo.

Sin embargo, según ha añadido Elipe, los casos de acoso requieren ir más allá de estos dos factores. Dado que el Panas no está diseñado para valorar reacciones a eventos concretos, no incluye algunas de las emociones frecuentemente presentes en estos casos e incorpora otras que raramente se darían en estas situaciones. Esto hace que queden sin cubrir algunas respuestas que las víctimas pueden registrar.

El Cveis recoge tres factores fundamentales según el tipo de respuesta: deprimido, activo y enojado. En el factor deprimido, se encuentran sentimientos de tristeza, indefensión o soledad, entre otros. El activo recoge emociones como enérgico o atrevido lo que, podría estar relacionado con la necesidad de hacer frente de alguna manera al acoso. Por su parte, el enojado incluye emociones como enfadado o colérico lo que podría desembocar en una respuesta de venganza o en la necesidad de actuar igual con otros, lo que convertiría a la víctima en agresor.

"Dentro de cada uno de los factores se engloban múltiples emociones que van más allá de lo que intuitivamente se puede presuponer ante un ataque, convirtiéndolo en un instrumento con una estructura robusta tal y como muestran los análisis estadísticos realizados", ha comentado la investigadora.

Víctimas, agresores y observadores

En la muestra, que ha incluido a 1.016 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria de entre doce y 18 años de tres escuelas públicas de Sevilla, Córdoba y Huelva, se señalaban los casos de ciberacoso sufridos. Entre ellos, los más frecuentes han sido insultos y amenazas, aunque también se observan algunos casos de robo de identidad en la red o de información privada, difusión y manipulación de vídeos o imágenes comprometidas, exclusión social o difusión de rumores.

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