Patricia Ramírez: «Zaragoza me ha dado estabilidad me ha traído una vida serena»

La vemos todas las semanas en TVE en ‘Estudio, Estadio’ hablando de Psicología del Deporte y es experta en el tratamiento de la ansiedad.

Entrevista a Patricia Ramírez, psicóloga.
Patricia Ramírez: «Zaragoza me ha dado estabilidad me ha traído una vida serena»
Raquel Labodía

Explica que su buena organización puede deberse a que estudió en un colegio alemán en Canarias, donde vivió tras la separación de sus padres. Un orden que le permite llegar a todo. A tener una gran actividad en las redes sociales con 108.000 seguidores en Twitter y 35.000 en Instagram, un canal propio en You Tube; a participar todas las semanas en Estudio Estadio de TVE, colaborar en diversos medios de comunicación, dar conferencias, tener escritos 5 libros y una consulta privada en la que el 90% de sus pacientes son por Skype. A sus 45 años, Patricia Ramírez es todo un referente en Psicología del Deporte, a la que llegó por el atleta Paquillo Fernández y que le llevó durante años al fútbol del Granada, Betis y Mallorca. Gracias a él, conoció a quien es hoy su marido dejando atrás una vida compleja y dura, y le devolvió a Zaragoza, una ciudad donde nació y de la que salió con 5 años. Especializada en Psicología Clínica, asegura que le encanta tratar los trastornos obsesivo-compulsivos y, sobre todo, trabajar la ansiedad; enseñar a recuperar la paciencia, aprender a saber ver qué hay detrás de esa siempre complicada relación con los alimentos. "No trato la anorexia o la bulimia, sino que trabajo ese por qué comer con ansiedad, no poder llevar una dieta. Hago talleres para aprender a comer con serenidad, para gestionar nuestras emociones, porque debajo de ese impulso hacia la comida siempre hay algo". Hablar con ella es olvidarse del tiempo junto a la paz de un mirador lleno de luz, un rincón donde encontrarse a sí mismo, donde mirar sin ver, sentir y disfrutar de ese infinito que somos nosotros mismos. De todo ello habla en su último libro ‘Cuenta contigo. No busques fuera, las soluciones están en ti’. Un título que es ella. Porque esta mujer vital y entusiasta ha sabido como nadie darle la vuelta a su propia vida, aceptarse y ayudar a hacerlo a quienes no encuentran el camino.


Qué le atrajo de la Psicología.

Una profesora que tuve en el colegio y que sacó lo mejor de mi misma, porque estaba muy perdida, no tenía madre, y pensé que quería ser como ella. Había estudiado Filosofía y Psicología.


¿Sentía la ausencia de su madre?

Mucho, y lo veo más con mi hija, con la que tengo una relación maravillosa. Nosotros estábamos en Canarias y ella en Mallorca, mis padres se separaron y en aquella época no estaba formalizada la separación ni el divorcio, no es como ahora con la custodia compartida. Pero no juzgo, no puedo opinar porque fueron momentos muy duros para todos, para mi madre que se casó joven, para mis abuelos que se fueron a trabajar a África, para mi padre que se quedó con mi hermano y conmigo. Veía a mi madre en verano y cuando cumplí 18 años decidí irme con ella para conocerla de verdad.


Es usted muy vital y optimista.

Sí, sí lo soy. Para mi no hay otra vía porque he pasado situaciones tremendas. Muy duras.


¿Es feliz?

Sí.


La ansiedad es la enfermedad de esta época en la que siempre queremos algo que no logramos.

Ahí está y es por el ritmo que la gente tiene. Usted me ha preguntado si soy feliz y le he dicho que sí, y es que estoy muy agradecida con todo lo que me ha sucedido en la vida, y he tenido momento muy, muy duros. Agradecida con mis hijos, con mi marido. Cuando le conocí entendí que todo lo que me había pasado me había sucedido porque tenía que llegar a él. Las cosas tienen un sentido que acabas encontrando, porque cuando te están pasando te cuestionas y te inquieta su por qué sin tener una respuesta, y todo tiene su sentido cuando ves lo que la vida te va deparando. Yo soy feliz, aunque creo que la palabra sería ‘serena’.


¿Su regreso a Zaragoza ha sido su vuelta a la serenidad?

Zaragoza ha dado estabilidad a mi vida, por eso quise montar la consulta en casa, porque en Granada era estar de 9 a 9, en el centro de la ciudad, comiendo fuera... A mis amigas les digo que entre paciente y paciente hago el salmorejo y soy feliz. He logrado tener buena calidad de vida, y mira que viajo; Zaragoza me ha dado una vida serena. Pero todo ha que trabajarlo, y yo me pregunto constantemente si lo que tengo es lo que quiero para mí, y ha habido muchos detalles que me han ido diciendo ‘no’. Es imposible cambiar si antes no te has aceptado, y la gente está siempre justificándose.


Ha vivido más de 20 años en Granada.

Estuve 23. Me fui a acabar la carrera que había comenzado en Mallorca, porque en Granada estaba la mejor facultad de Psicología. Al terminar la carrera hice un máster y abrí consulta.


Pero regresó, en un quiebro de la vida.

Sí... Me caso, tengo niños, me separo y entro a trabajar en el mundo de fútbol. A pesar de que soy psicóloga de la Salud, me ven como psicóloga del Deporte, porque trabajo mucho en él, aunque lo que me gusta es tratar la ansiedad, las terapias de pareja, el tema de la comida. Estando en el Betis, vine a un congreso de deporte y en la cena me sentaron junto al que hoy es mi marido. Lo curioso es que el día anterior, al cuerpo técnico del Betis le había dado un listado de 15 puntos con mis requisitos indispensables para un hombre, porque estaba cansada de que siempre se empeñaran en buscarme pareja, acompañante para los actos. Era el 22 de marzo de 2011. Cuando regresé a Sevilla les dije que no buscaran, porque lo había encontrado.


Cree en el destino.

Creo en el trabajo y en cómo nos condicionamos. Y creo que aquello fue una señal, porque entre mis requisitos estaba que estuviera separado, con niños y de la edad de los míos, que trabajara en el fútbol, con la misma escala de valores... Casualidades de la vida.


O cosas que la vida va poniendo.

Es cierto. Por eso me dije que qué hacia en Ganada y propuse a mi hijos venirnos a Zaragoza, porque trabajo en TVE en Barcelona, viajo mucho dando conferencias y Granada logísticamente es un desastre porque no hay AVE. Hace cuatro año que estamos aquí y mis hijos están encantados.


Comenzó a tratar la psicología del deporte con el atleta Paquillo Fernández.

Fue su médico quien me propuso ayudarle, porque estaba muy desanimado. Su entrenador de toda la vida, quien le descubrió, estaba enfermo y se bloqueaba pensando en cuánto iba a vivir, y empecé a trabajar con él la parte mental. A los tres meses ganó el campeonato de mundo; estuvimos mucho tiempo juntos.


Y ha estado años en el mundo del fútbol.

A la vez que con Paquillo empecé con un equipo que se llamaba Imperio de Alborote, el Granada CF y Granada de baloncesto con quien ese año vivo un ascenso. Con Paquillo fueron tiempos muy brillantes para él, es un hombre muy generoso, y allí donde iba hablaba de su psicóloga, de mi, y todos querían hablar conmigo. Al Mallorca fui porque Gregorio Manzano me llamó, incluso antes de estar en ese equipo, para decirme que me quería a su lado. Estuvimos 6 años juntos con buenos resultados para el equipo.

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