Director de HERALDO DE ARAGÓN

¿Dónde está la campaña?

Arranque de la campaña de las elecciones europeas en las sedes del PP Aragón (arriba) y el PSOE Aragón (abajo)
Arranque de la campaña de las elecciones europeas en las sedes del PP Aragón (arriba) y el PSOE Aragón (abajo)
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No atiende a una cuestión espontánea o fruto de la improvisación, más bien al contrario. Los últimos movimientos del presidente Pedro Sánchez describen una deliberada voluntad por desinflar las campañas. Ocurrió con las elecciones catalanas y vuelve a pasar lo mismo con las europeas, ajenas, de momento, a cualquier interés mediático.

Los debates sobre el futuro de la Unión o los relativos a temas tan controvertidos como la política migratoria o la agricultura han quedado ocultos tras cuestiones dotadas de un elevado perfil emocional, ajustadas a la medida de un interés partidista. El reconocimiento del Estado palestino o la crisis diplomática abierta con Argentina, gracias a la piromanía política de Javier Milei, han monopolizado un discurrir que, hábilmente dirigido, actúa como palanca para desviar la atención. Ignorar una campaña electoral empañándola con cuestiones que, siendo importantes, exigen otra profundidad y otra reflexión –¿no requeriría la política exterior un acuerdo con el principal partido de la oposición?–, no hace sino dañar otro pilar más de la arquitectura democrática. Gozar de un debate político rico en ideas exige de una transparencia que, últimamente, no se detecta y que debería estar acompañada de una mayor fortaleza de la oposición.

El intento de rebajar el tono de la campaña electoral y la falta de un debate político profundo suponen un deterioro de la calidad democrática

Creer en el papel de la oposición es creer en la democracia, en un intercambio de doble dirección que permite que el partido que gobierna ignore el rodillo mientras se preocupa por escuchar a aquellos que aspiran a convertirse en alternativa. Se echa de menos una oposición mucho más fuerte, que se exprese atenta frente a las actuaciones del Gobierno y que no se pierda en la defensa de sus estereotipos.

Todas estas debilidades se descubren a nivel nacional, con un PP que, pese a los resultados obtenidos en Cataluña, no está logrando concentrar a toda la derecha; y, sin duda alguna, también en Aragón, donde el PSOE no termina de arrancar.

Se hace imprescindible una confrontación ordenada entre gobierno y oposición

Transcurrido un año de los comicios autonómicos y municipales, el PSOE aún no ha sabido rearmarse políticamente. A la espera de la celebración del congreso autonómico de los socialistas, tanto en las Cortes como en el Ayuntamiento de Zaragoza no se reconoce su condición de alternativa. Acompañados por los errores propios y por una crítica a la actuación del presidente Jorge Azcón sostenida por aquellos mismos que gobernaron y perdieron las elecciones, el PSOE no ha recuperado buena parte de su tono. Con un pie a cada lado de la orilla, pendientes de las directrices de Ferraz y sin desatender la autoridad de su secretario regional, Javier Lambán, los socialistas aragoneses no están sabiendo encontrar el lugar de una posición que se está quedando fuera de los grandes asuntos.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Mikel Iturbe en HERALDO)

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