Por
  • Manuel de Miguel

Una pintora prodigiosa

Exposición 'El realismo íntimo de Isabel Quintanilla' en el Museo Thyssen-Bornesmiza
Exposición 'El realismo íntimo de Isabel Quintanilla' en el Museo Thyssen-Bornesmiza
EP

Hace dos años, en la muestra ‘Infinita realidad’ en el Museo Goya de Zaragoza, me impresionó una pintora que desconocía. Busqué información sobre ella y resultó que repetía una historia.

En 2016 el Thyssen había dedicado una gran exposición al grupo de los realistas de Madrid y el comisario Guillermo Solana declaró: "La gran estrella prevista era Antonio López, pero quien más ha conmovido ha sido su amiga Isabel Quintanilla". Surgió entonces el proyecto de dedicarle la primera monográfica de una mujer española en este museo con casi cien obras, todas las mejores de su carrera, traídas en su mayoría de museos y colecciones de Alemania, donde alcanzó un gran reconocimiento.

Isabel llegó a conocer la idea de este gran homenaje, pero falleció en 2017, pocos meses después de su marido, el escultor Paco López.

La exposición se puede recomendar sin riesgo. El realismo tiene una gran aceptación e Isabel es un prodigio en el dominio de la técnica. Asombra la perfección en los pequeños objetos cotidianos: los vasos de Duralex, o todo tipo de tarros y enseres y el estudio magistral de la perspectiva. Isabel, que fue a clases desde niña y a los 21 años ya era profesora de dibujo, atesoró una sólida formación académica. "Sin técnica los artistas no son nada, pero debe estar en equilibrio con la emoción, hay que buscar la evocación", dijo.

Sobrecoge ‘Homenaje a mi madre’, donde con un virtuosismo sobrenatural presenta únicamente una máquina de coser y sus útiles. Su madre se quedó viuda muy joven y trabajó toda su vida como costurera.

Casi nunca retrata personas. En una de sus entrevistas rescatadas ahora la artista explica que "es mejor que no haya figuras en los cuadros, con ellas la historia ya está demasiado explicada". Opta por la ausencia de quienes acaban de pasar junto a esos muebles, luces encendidas, pasillos, jardines. Transmite así mejor la nostalgia y el sosiego.

La exposición que coloca a Isabel Quintanilla en el lugar que merece en la historia del arte está abierta sólo hasta el 2 de junio. Si pasan por Madrid, no se la pierdan.

Manuel de Miguel es periodista

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