Princesas
Se está poniendo de moda convertir los cumpleaños de niñas de entre seis y doce años en ‘beauty party’. En las páginas web de algunas de las empresas que se dedican a la organización de tales eventos se leen cosas como estas: "Te convertirás en una auténtica ‘it girl’. Crearás tendencia en tu grupo y serás la inspiración de tu clase, al tiempo que cantas en el karaoke los éxitos más marchosos del momento. Te sentirás como una auténtica princesa".
Ofrecen maquillaje de fantasía, decoración de uñas, pedicura, masaje hidratante con aceites naturales en manos y pies y un ambiente lleno de glamur. En la publicidad se asegura que esta fiesta será la celebración más esperada y emocionante para todas. Siempre la guardarán en su memoria como el regalo más especial de su infancia. Disfrutarán de una inolvidable tarde de chicas, en la que "las peques de la casa" se convertirán en modelos de pasarela. No faltará la sesión de relax con pepinillos en los ojos mientras escuchan música relajante. Los grupos tienen que ser de, al menos, ocho niñas y los padres de cada una de ellas pagarán veinticinco euros.
Me pregunto dónde ha quedado la aspiración de educar a las niñas para que sean inteligentes, luchadoras, libres, valientes, decididas, comprometidas, responsables, generosas, solidarias, científicas, sabias, independientes, críticas, filósofas, exploradoras, autónomas, reflexivas, fuertes, sensibles, seguras de sí mismas… La celebración de estas fiestas no parece el camino más propicio para formar este tipo de mujer. Confieso que estoy preocupado. No me negarán que tengo razones para estarlo.
Víctor Juan es director del Museo Pedagógico de Aragón
