Por
  • Javier Hernández García

Más vale tarde

Más vale tarde
Más vale tarde
Pixabay

Cuando se cumplen cuatro años de la, a la postre, declarada inconstitucional declaración de estado de alarma con motivo de la pandemia de la covid, por parte del presidente Sánchez, conocemos en Aragón que el Departamento de Sanidad ha tomado la decisión de poner en marcha en el zaragozano Hospital Royo Vilanova una unidad específica para tratar a los afectados por el llamado ‘covid persistente’, dando así algo de luz a las reivindicaciones que desde hace años vienen reclamando los más de dos mil afectados por esta patología, en muchos casos en la más absoluta desesperación por la falta de soluciones a su situación, que les ha llevado a la imposibilidad de llevar una vida social y laboral normalizada.

Me tocó en sustitución del justicia Dolado , cuando corría el 24 de noviembre de 2021, firmar la sugerencia del Justiciazgo que ponía fin al expediente de queja presentado por el colectivo Long Covid Aragón, en la que se trasladaba a la consejera que, siguiendo lo que ya se venía haciendo en otras comunidades, se adoptarán las medidas organizativas, formativas y clínicas necesarias para afrontar la situación de colectivo afectado, el cual además debía ser oído y tenidas en cuenta sus aportaciones.

Se dictó por el departamento, entonces liderado por la consejera Repollés, un documento denominado ‘Proceso de atención a los pacientes con covid persistente’, que tomaba referencias de lo hasta entonces dicho por la OMS, pero también la Información clínica del Ministerio de Sanidad de mayo de 2021, o la Guía clínica para atención primaria elaborada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, en el que precisamente se dejaba en el ámbito de la atención primaria, inicialmente, la responsabilidad de atención, y en su caso derivación de estos pacientes, no siempre de fácil diagnóstico.

Ahora, tras muchas reivindicaciones, se anuncia la creación de la unidad específica para el tratamiento de esta nueva y no siempre conocida por los profesionales de primaria patología, en la que se podrá, y deberá, tratar de forma integral el conjunto de enfermedades que presentan los afectados, no tanto para poder llegar a la curación, pues desconocida la causa, difícil es atajarla, y sí para paliar sus secuelas, tanto físicas, con los tratamientos rehabilitadores adecuados, como mentales, con apoyo sicológicos, pues, tomando lo que el citado informe ministerial indicaba, se producía, y siguen produciéndose, la llamada ‘niebla mental’, que engloba múltiples síntomas asociados al deterioro cognitivo como la pérdida de memoria, la desorientación, la interferencia en las funciones ejecutivas o los problemas para el aprendizaje y la concentración.

Bienvenida sea la nueva unidad, y esperemos que se dote de los debidos profesionales y de los mecanismos que hagan que su funcionamiento sea efectivo en coordinación con atención primaria y otras unidades de atención especializada, y esperemos que no sea tarde para muchos pacientes que han sufrido en propia carne la inexistencia de un instrumento de apoyo eficaz contra esta herencia del ‘maldito bicho’.

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