Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Yonshakudama

Yonshakudama
Yonshakudama
Pixabay

Hace unos años modificamos genéticamente unos ratones para estudiar genes importantes en cáncer y nos encontramos que reproducían rasopatías, un grupo de enfermedades raras, o poco frecuentes, por ser más políticamente correctos. 

Aunque lo más correcto, políticamente, sería proteger y amparar más a estas personas. Estos síndromes, tan comunes como desconocidos, presentan problemas de salud que incluyen cardiopatías, retraso madurativo y predisposición a tumores, entre muchos otros síntomas.

Lo mejor que me ha pasado en mi vida científica es haber conocido a un grupo de familias con hijos con síndrome de Noonan gracias a estos roedores. Mi mirada y visión de la ciencia se transformaron. A Iván, al que he visto crecer, le quiero un montón. Aunque tiene dificultades para leer y escribir es un experto en cangrejos de río, petardos y pirotecnia. El mayor tesoro que conservo es una caja de bombetas que me regaló un día importante para mí. Vacía, por supuesto, ¡cómo nos lo pasamos!

Hemos descubierto que el Yonshakudama es el fuego artificial más grande del mundo. Pesa unos 420 kilos, alcanza más de 800 metros de altura y su diámetro al explotar supera los 700. ¡Nos gustaría tirar uno en Zaragoza! Cuesta una pasta, pero con una colecta seguro que a escote entre varios lo compramos. Hemos pensado que si lo fabrican en Pirotecnia Zaragozana ahorramos los gastos de envío, seguro que son muy majos. A los dueños de los perros que se asustan les pedimos paciencia, que se lo expliquen y que les pongan cascos. La alcaldesa lee el HERALDO, así que por favor dese por enterada y vaya tramitando los permisos.

Alberto Jiménez Schuhmacher es investigador ARAID en el IIS Aragón

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