Por
  • David Serrano-Dolader

Elegantes elefantes

Elegantes elefantes
Elegantes elefantes
Pixabay

Cuando dos elefantes se pelean, sufre el pasto. La frase no es mía: ¡los elefantes, tampoco! Es lícito el vaivén político, como no menos legítimo es intentar acarrear el agua a tu propio molino (¡al enemigo, ni agua!). 

Pero si todo se tensa a través de una batalla de tierra quemada, ya tenemos la soga en casa del ahorcado. Y esto duele.

Como no somos alemanes sino más bien animales, resulta ilusorio pensar en una gran coalición. Aparquémosla de nuestra particular visión de la ‘realpolitik’; pero no enterremos la posibilidad de entendimiento y de búsqueda común del solucionario de la vida diaria. Si PP y PSOE no se miran a la cara más que para sopesar el lastre del insulto, ¡mal caminamos, hermano!

Macroeconomía, estanflación, apalancamiento financiero y mil tecnicismos más son, sin duda, necesarios para centrar una discusión entre sabios. Alquileres, precariedad del mercado laboral, impuestos progresivos son –también sin duda– las madres del cordero económico del día a día. Retomando frase de infausto recuerdo: ¡Se sienten, coño… para llegar a acuerdos!

No voy a ocultarles que soy hombre de izquierdas (nadie es perfecto), y estoy convencido de que muchos lectores son cabales seres humanos de derechas. No me tengo por tonto; y a ustedes, tampoco. ¡Que levanten la mano los que crean que en la política nacional sobran gritos, insultos y dislates… y falta sosiego y amplitud de miras! ¡Veo millones de manos levantadas!

Como diría el loco: en cuestiones del vivir, alejemos el sufrir.

David Serrano-Dolader es profesor de la Universidad de Zaragoza

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