¿Vuelta atrás?
En los años setenta, algunos jóvenes intelectuales agrupados en torno a la revista ‘Andalán’ o el Partido Socialista de Aragón, como el economista José Antonio Biescas, denunciaron que Aragón corría peligro de convertirse en una reserva de recursos naturales.
Centrales hidroeléctricas o la amenaza del trasvase del Ebro y la instalación de centrales nucleares, amenazaban con consolidar un modelo denominado como colonialismo interior. Hemos mejorado dramáticamente. La elevación del ingreso y la calidad de vida ha sido espectacular. La economía se ha hecho más compleja y se ha diversificado. El dinámico sector exportador ha incrementado sustancialmente nuestro grado de apertura. Además, en la tormenta financiera iniciada en 2008, una excelente gestión permitió que el principal músculo financiero del país, Ibercaja, haya permanecido como una entidad independiente, anclada a su territorio matriz. Sin embargo, en este panorama se ciernen algunas sombras que parecen llevarnos al pasado. La transición energética inunda de forma desordenada el país de nuevas instalaciones que dejan pocos beneficios en él. La amenaza del trasvase retorna periódicamente. El hiperdesarrollo del sector porcino solo es posible en un contexto en el que, como dijera el economista Vicente Salas, hemos asignado un valor cero al territorio de las zonas despobladas. Me fatiga oír hablar a nuestros gobernantes de muchos temas ajenos a Aragón y no escuchar un debate serio y meditado sobre nuestro modelo de futuro. Si seguimos así, alguien volverá a hablar de colonialismo interior, aunque esté pasado de moda.
Vicente Pinilla es Catedrático de Historia Económica en la Universidad de Zaragoza
