Por
  • Rodrigo Córdoba García

Fumar en las terrazas

Fumar en las terrazas
Fumar en las terrazas
Pixabay

El tabaquismo pasivo o involuntario es el resultado de la exposición al humo ambiental de tabaco. El humo ambiental de tabaco es una mezcla del humo emitido directamente por la punta incandescente del cigarrillo (u otros productos de tabaco) combinado con el humo exhalado por las personas que fuman. Este humo ambiental contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán que la corriente que aspira directamente el fumador de su cigarrillo y unas cinco veces más de monóxido de carbono. 

El tabaquismo pasivo obliga a las personas expuestas a inhalar agentes carcinógenos, así como otros componentes tóxicos e irritantes para el árbol respiratorio. La libertad de fumar termina en la nariz y los pulmones de los no fumadores. No hay equidistancia en espacios compartidos. Las mediciones de nicotina y partículas finas en las zonas de terrazas en las que hay fumadores dan como resultado concentraciones de 2 a 8 veces más altas que en espacios abiertos o semiabiertos donde nadie fuma. Aun siendo estos niveles menores que los que hay en los espacios cerrados, son varias veces superiores a los límites recomendados de calidad del aire. En un vehículo donde se fuman cigarrillos las concentraciones de tóxicos son mucho más altas que los estándares de calidad ambiental. Hemos medido en un turismo, con un cigarrillo encendido, concentraciones de partículas tóxicas 90 veces más altas que los estándares de calidad ambiental de la Unión Europea. Por eso, países como Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Austria, Irlanda o Grecia prohíben fumar en vehículos cuando en su interior viajan menores.

Las personas más expuestas crónicamente a estos ambientes de humo siguen siendo los trabajadores de la hostelería. El riesgo por exposición al humo de tabaco es acumulativo a lo largo del tiempo y se suman las diferentes fuentes (hogar, trabajo, ocio, etc.).

Prohibir fumar en terrazas no supondrá merma económica a los locales de hostelería. Las predicciones de las organizaciones de hostelería sobre las regulaciones de fumar en sus establecimientos se han demostrado extrañamente equivocadas en todo el mundo. En España se predijo en 2009 que cerrarían el 30% de los bares por la ampliación de la Ley del tabaco. Pero en 2012 habían cerrado el 2,7%, según el INE. Ese mismo año cerraron también el 2,7% de los comercios (idéntica proporción que bares). Los bares cierran por las crisis, los cambios en patrones de ocio y la ‘gentrificación’. Las predicciones apocalípticas de la hostelería no se cumplieron. Por lo demás, en los dos primeros años de la ley, se abrieron un 1,7% más de restaurantes. Otro ejemplo, en Bélgica la patronal de hostelería predijo en 2003 que con estas leyes se perderían 20.000 empleos en los bares (ocultando que ese sector ocupaba a 14.183 personas).

Las patronales del sector proponen la libertad de opción (que el propietario decida si se fuma en su terraza) o la separación de espacios en las terrazas de mayor superficie. Frente a esto tenemos que recordar que el origen de esta propuesta está en la industria tabaquera, porque saben que eso haría fracasar la norma (como ocurrió en 2005). La ‘cortesía de elección’ es, en origen, una vieja campaña de la industria tabaquera. Los hosteleros deberían preocuparse por sus verdaderos intereses. La industria tabaquera sabe que las leyes de espacios sin humo reducen el consumo de tabaco entre un 4% y un 10% (según el Banco Mundial).

Prohibir fumar en las terrazas contribuiría a mejorar la salud de muchas personas y no supondría ningún perjuicio para los negocios de hostelería

Las terrazas y espacios libres de humo protegen la salud de los trabajadores y de los clientes más vulnerables (niños, ancianos, enfermos crónicos...) y contribuyen a desnormalizar el consumo de tabaco en el conjunto de la sociedad, sin perjudicar la economía del sector de ocio y restauración e incluso con ligera mejoría a medio plazo.

En Zaragoza se estudiaron las terrazas en el año 2012 y se observó que incumplían la ley el 27% (en primavera y otoño). En recientes estudios en las terrazas de Madrid (realizados en meses fríos) se ha observado que incumplen la ley el 78%. Lo que significa que la ley de 2010 no se está cumpliendo o no hay interés de que se haga cumplir por parte de las comunidades autónomas que tienen las competencias de vigilancia. Recordemos que la Ley 42/2010 no permite fumar en terrazas con más de dos paredes, muros o paramentos. La mayoría de la población apoya no fumar en las terrazas. La encuesta de la Sociedad de Medicina de Familia reveló en 2023 que el 72% de la población (84,9% de los no fumadores, 71,2% de los exfumadores y 28,2% de fumadores) apoya firmemente la restricción del consumo de tabaco en las terrazas de hostelería. La encuesta del diario ‘El Nacional’ muestra un 68% de apoyo a las terrazas sin humo. La salud es un tema transversal que no debería formar parte de la actual estrategia de polarización. Las leyes del tabaco de 2005 y 2010 tuvieron el apoyo de la inmensa mayoría de las Cortes Generales. ¿Dónde está el problema?

Rodrigo Córdoba García es médico de Familia y profesor universitario

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión