Por
  • Francisco José Serón Arbeloa

El año agitado de la IA

El agitado año de la IA
El año agitado de la IA
POL

El 2023 ha sido el año en el que la humanidad ha prestado atención a la inteligencia artificial (IA) generativa, que salió con fuerza de los laboratorios de investigación estadounidenses. 

El éxito arrollador de Chat GPT de Open AI, Llama 2 de Meta, Bard y Gemini de Google, el ‘bot’ Ernie de Baidu y Mistral, un aspirante francés de código abierto, unido a golpes de efecto en los consejos de administración, al surgimiento de numerosas demandas causadas por la propiedad intelectual de los recursos utilizados para enseñar a las máquinas, a los intensos debates sobre la fatalidad de la IA, al diseño de políticas concretas en Estados Unidos, la Unión Europea… destinadas a conseguir que el sector de la IA se comporte de forma más responsable y transparente, sin olvidar que el conjunto ha venido acompañado de una gran inversión de recursos de cálculo y económicos junto a un derroche de energía a los que pocas empresas pueden aspirar. Por todo ello, pienso que el año 2023 pasará a ser un recuerdo importante en nuestra memoria colectiva.

Pero observen que, a pesar de su sorprendente impacto inicial, en las empresas tecnológicas se siguen invirtiendo ingentes cantidades de dinero buscando diseñar herramientas cada vez más potentes y además dedicando grandes esfuerzos creativos en la búsqueda de algún producto de IA que se haga popular y que muchas personas quieran adoptar, como, por ejemplo, han sido los buscadores o las redes sociales. Con una pequeña diferencia con respecto a esos ejemplos, lo mejor que muchas de esas herramientas de IA ofrecen o van a ofrecer pasará por la monetización de sus servicios.

Si nos olvidamos de la sorpresa y de la propaganda causada por su irrupción, fijémonos en que los verdaderos éxitos tecnológicos son aquellos que se convierten en una extensión de nosotros mismos, ayudándonos a interactuar con el mundo de una manera más rica y significativa. Ejemplos de lo dicho serían los bolígrafos, las neveras, los televisores, los coches, los computadores… Cuando eso ocurre la tecnología se vuelve invisible, aburrida y útil. En cualquier otro caso, la tecnología es más una distracción que otra cosa, como por ejemplo todavía lo son la realidad virtual, la realidad mezclada o la realidad aumentada.

Del mismo modo que en la vida de una gran mayoría de las personas han aparecido los teléfonos inteligentes y las aplicaciones con diferente grado de utilidad, sería interesante intentar entender de qué va la IA, porque el roce con ella promete ser intenso

Eso no quita para que alguna de las grandes empresas nos empiece a informar de que ya busca la piedra filosofal de la inteligencia artificial general (IAG), que es la IA análoga a la de los seres vivos, en particular la de los seres humanos. Recuerden que la inteligencia de un individuo es muy versátil ya que es aplicable a la resolución de casi cualquier problema sin necesidad de ningún comportamiento o transformación especial…

Por ello, 2023 también podría caracterizarse como el año en el que el mito de la IAG se hizo hueco entre otros mitos del siglo XXI, como son la búsqueda del alargamiento de la vida, de la juventud, de la belleza y de la delgadez, el consumo como solución a muchos problemas existenciales, haciendo que los centros comerciales hayan sustituido a las catedrales y que recibamos todos una buena ración de entretenidos anuncios comerciales, por no hablar de las teorías conspiratorias basadas en la existencia de grupos secretos, poderosos y malintencionados que ejercen su poder ante la ignorancia de los demás.

Lo que quiero decir con todo esto es que a la IA actual, a pesar de ser una tecnología disruptiva y de índole transversal, es decir, que para la mayoría ha surgido con brusquedad y que promete aplicarse a muchos campos de la actividad humana, todavía le queda un gran recorrido para avanzar en muchas áreas y, además, por el momento no se ha mostrado tan fiera como la pintan.

Eso sí, si me permiten un consejo, del mismo modo que en la vida de una gran mayoría de las personas han aparecido los portátiles, los teléfonos inteligentes y las aplicaciones con diferente grado de utilidad o de diversión, sería interesante intentar entender de qué va eso de la IA, porque el roce con ella promete ser intenso en un futuro razonablemente cercano.

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