Suspensos en PISA
Los alumnos españoles han obtenido los peores resultados del informe PISA desde que se publica esta evaluación del rendimiento académico de los estudiantes de 15 y 16 años de los países de la OCDE, 81 nada menos. Se trata de una "caída sin precedentes" y generalizada. El batacazo ha sido especialmente estrepitoso en Cataluña, donde los alumnos han obtenido puntuaciones inferiores a la media de España en las tres materias evaluadas: Ciencia, Lectura y Matemáticas.
A la hora de buscar los motivos de este varapalo, hay quórum al referirse a los efectos de la pandemia como la causa más importante del descenso en las calificaciones. Aunque los padres de alumnos advierten que este "desolador" panorama también guarda relación con un hecho: tener el primer móvil a edades tempranas no facilita el aprendizaje.
Al presentar en público los resultados y referirse en concreto a los malos datos en Cataluña, el número dos de la ministra Pilar Alegría, José Manuel Bar Cendón, los ha vinculado a la presencia de una mayor tasa de alumnado inmigrante o socioeconómicamente más desfavorecido. En opinión del secretario de Estado de Eduación, esos factores tienen más peso que la política lingüística.
No queda claro en qué se basa para realizar tales afirmaciones, pero en todo caso, ¿se imaginan qué pasaría si un grupo político, entidad social, federación o patio vecinal responsabilizara de su fracaso a los menores llegados de fuera de un territorio? ¿Cómo se les denominaría?
Si ese es el diagnóstico, difícil es la cura. Hay quien se empeña en seguir mirando el dedo que señala la Luna.
(Puede consultar aquí los artículos escritos por Nuria Casas en HERALDO)
