Lengua de palo

Lengua de palo
Lengua de palo
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En la vida pública española suelen preferirse ciertas modalidades espantables del lenguaje, algunas muy prestigiadas entre los líderes y comunicadores de toda especie, no solamente entre los socorridos políticos. En estos días se oye mucho hablar de ‘medidas de alivio penal’, para no mencionar el término amnistía.

‘Medidas de alivio penal para restaurar la convivencia en Cataluña’, como si allí anduvieran a palos. El manual léxico para esta temporada traduce de esta forma: "Si damos una amnistía a los delincuentes condenados por el Tribunal Supremo, con Puigdemont a la cabeza, nos votarán los separatistas catalanes e incluso puede que algunos de los vascos". Los suspicaces menos avisados dicen: "Claro, no la llamarán amnistía y ya está la cosa hecha, sobre todo si sus magistrados afines en el Tribunal Constitucional les dicen cómo redactar la cosa". Pero los jueces de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que están antes y se dedican al derecho penal, no atenderán al nombre del invento, sino a su sustancia. Una disposición que tenga los efectos de un indulto o de una amnistía, se llame como se llame, será considerada indulto o amnistía. Las cosas son lo que son y no lo que dicen ser.

En otras lenguas hay términos para caracterizar los lenguajes vacuos y pomposos. Un reputado bobo solemne las usaba mucho, como si conociese un juego que, en un casillero de cuatro por ocho con una frase en cada casilla, permite combinarlas coherentemente solo con guardar el orden 1-2-3-4. "Estoy básicamente convencido de que / la coyuntura actual / ha de dirigirse a la finalización global / de un proceso mejor orientado a la igualdad". O bien: "Conciudadanos, / la coyuntura actual / requiere tener presentes de modo efectivo / planes que se correspondan con las exigencias legítimas de la sociedad". O esto: "Tengo el deber de decir que / la coyuntura actual / ratifica una voluntad constante que / ha de dirigirse a la finalización global / de un proceso mejor orientado a la igualdad". Esta es la variedad vacua.

Hay otra especie, oscura y técnica, pero quede para otro día. En Rusia se la llamó ‘lengua de roble’ y en Francia, ‘langue de bois’. Lo traducen como lengua de madera, pero debiera decirse lengua de palo, por su rigidez y por ser un castigo soportar a quien la usa. No hay gobierno de izquierda, sino de progreso. No hay gobierno de derecha, sino de centro. Se evitan los hechos y se prefiere invocar las ideas genéricas y vagas: igualdad, libertad, solidaridad...

Poca duda hay de que una norma que surta los efectos de un indulto o una amnistía, la llamen como la llamen, será considerada indulto o amnistía por el Tribunal Supremo

Otras especies de la lengua pública, además de vacuas, son oscuras, a menudo por necias y pretenciosas. Esta es de primera: "Usar la inteligencia artificial para algo que ansiamos mucho y es que tenemos que trabajar menos, trabajar mejor y aumentar la productividad, va vinculado, pues, a la reducción de la jornada, va vinculado, por ejemplo, el algoritmo MAX, que tiene mucha eficiencia en las horas extras que se hacían en nuestro país no retribuidas con el control de la jornada, por tanto creo que además de la ley que tenemos, el despliegue del mundo del trabajo actual tiene que estar permeado completamente de una regulación que tiene que ser sistematizada para los sesgos que tiene el despliegue matemático". Esta tirada es obra genuina de la vicepresidenta sumatoria del Gobierno en funciones. Tiene la ventaja estimable de no afectar a las ideas, ya que no las necesita.

Lengua muy suya también usa un viejo amigo del profesor Monedero, Gerardo Pisarello, lugarteniente de Ada Colau. Él fue quien quitó la bandera nacional del balcón municipal barcelonés y dejó la separatista. Preguntado el día 25 sobre el uso de los aviones oficiales por Sánchez y Díaz, dijo que "evidentemente las responsabilidades que tiene cualquier jefe, o jefa, de Estado (sic) justifica que haya situaciones excepcionales".

Casi a la vez, la luciente modelo Blanca Romero ha explicado así, en la revista ‘Lecturas’, una noche de pasión con el seductor jinete Álvaro Muñoz Escasi: "Ese hombre tenía unas patas y un culo que parecía un busto griego". Un busto con patas y culo no desmerece de la conversión de Sánchez y Díaz en jefe y jefa de Estado ni del algoritmo MAX permeante o permeador.

Incluso el lenguaje de apariencia llana es engañoso (el concepto de ‘población activa’ incluye a mucha gente que no está activa, aunque querría). Quizá sea porque hablar con claridad ya no se estila: el precio de los alimentos ha subido un 26% en dos años; el 28% de los jóvenes no tienen trabajo, ni el 12% de los españoles, aunque lo busquen. España paga cuarenta mil millones de euros al año solo de intereses de su deuda. La ley beneficia a los agresores sexuales condenados. La carestía de vivienda impide la vida estable de pareja. El número de empleados fijos discontinuos es un arcano. Los bancos ganan muchísimo dinero. La oposición no sabe oponerse al Gobierno.

Pero acaso no convenga hablar tan claro.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Guillermo Fatás)

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