Voces de paz
La situación en Gaza e Israel nos reafirma en la idea de que, además de análisis, denuncias y miradas a las raíces históricas del conflicto, se necesitan voces de paz: voces que ofrezcan atisbos de esperanza, que rechacen el ‘con nosotros o contra nosotros’, que trabajen para poner fin a la escalada de violencia.
Voces de lo que una mujer israelí ha expresado como sentimiento de ‘doble lealtad’ o reconocimiento de ambas partes. La doble lealtad, dice, es "hablar con amigos que no saben si sus familiares están muertos o secuestrados ni por qué tener esperanza, ver su impotencia, el miedo, su profundo dolor. Y un momento después hablar con un amigo de Gaza que lo único que tiene que decir es que ahora cada noche es la más aterradora de su vida. Que calcula sus posibilidades y las de sus hijos de despertarse mañana por la mañana".
La secretaria general de WILPF, jurista internacional, rechaza que la venganza se presente (sin serlo) como una norma del derecho internacional. No lo es para Hamás ni para Israel, escribe. Hace un llamamiento a prevenir el genocidio en potencia: un millón de personas atrapadas sin agua, electricidad ni alimentos, obligadas a desplazarse sin tener a dónde ir. Recuerda que la mayoría de los Estados ratificaron el Convenio para la Prevención y la Sanción del Genocidio, cuyo artículo 1 dice: "El genocidio, tanto si se comete en tiempo de paz como en tiempo de guerra, es un delito de derecho internacional que los Estados se comprometen a prevenir y sancionar".
