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  • Mariano Gállego Palacios

Maremágnum folclórico y festivo

Fiestas del Pilar 2023: salida de su local en Las Fuentes de la peña El Rebullo con la charanga
Maremágnum folclórico y festivo
Guillermo Mestre

Los característicos sonidos de las flautas andinas resuenan en los soportales a un lado del paseo animando con su timbre canoro el deambular de los viandantes ociosos que llenan las animadas aceras pilaristas. 

Tanto, que no son pocos los que se arrancan con pequeños saltitos al ritmo de la base electrónica sobre la que dos flautistas que podían ser perfectamente peruanos desarrollan sus melodías con instrumentos tradicionales de esa inmensa cordillera que ha instalado sus sonidos en el epicentro de la gran urbe capitalina. Los niños son los primeros que se dejan llevar, pero también muchos adultos se lanzan a este baile espontáneo sobre una música que surge del mestizaje popular-tecnológico de quenas, flautas de pan, amplificadores y decibelios, muchos decibelios para destacar en el maremágnum folclórico, festivo y musical que domina la gran avenida.

En un callejón, al otro extremo, ruge la marabunta. Tambores y metales resuenan enloquecidamente en manos de las charangas concentradas en la plaza, rodeadas de cientos de peñistas alborozados que danzan sin descanso y se divierten sin prisa. En medio del callejón, la cacofonía es absoluta, pues por cada oído entra el fragor de los variopintos artistas que se han dado cita en el centro de la ciudad.

Uno ya no sabe si suena el trombón, la caja de ritmos, la trompeta o la flauta. ‘El cóndor pasa’ y ‘Paquito el chocolatero’ se funden desordenadamente y por segundos parece que encajan en una confusa sinfonía armonizada por la alegría colectiva y las ganas de fiesta. Es la banda sonora que describe de algún modo esta época de celebración en la que los zaragozanos nos sumergimos una vez al año en un paréntesis del tráfago cotidiano. Una pausa en medio del vértigo contemporáneo que nos azuza. Un momento de encuentro con las tradiciones que nos permite recuperar oxígeno para despedir el verano, que ahí vemos que se resiste a marchar, y afrontar sanamente y con ánimos renovados el curso que acabamos de comenzar.

Feliz Día del Pilar.

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