Pepe Domingo Castaño, ayer en el Gran Hotel de Zaragoza.
Pepe Domingo Castaño
Oliver Duch

La ‘Familia Telerín’, ‘Los Chiripitifláuticos’, ‘La casa del reloj’, ‘Un globo, dos globos, tres globos’… Programas infantiles que se pierden en la noche de los tiempos, antes de la transición del blanco y negro al color. En ‘Biblioteca joven’ coincidirían el joven locutor José Domingo Castaño y María Luisa Seco, periodista y especialista en psicología infantil, al poco su primera esposa.

Entonces, años 60 y 70, los programas para niños eran didácticos y formativos en la buena educación, según patrones de la época; y los musicales y deportivos, el sueño de muchos. Creo recordar, ya en la casa nueva con ascensor y en colores, ‘300 millones’, presentado por un joven con gafas y media melena. Era 1982, yo iniciaría la carrera. "¡Qué bonito es repartir felicidad! El cariño de la gente no se paga con dinero".

No conocía todavía. Me iba justico para comprender intelectualmente a Bécquer, Antonio Machado o Juan Ramón. Radio Galicia, Radio Juventud, La Voz de Madrid, TVE, Cadena SER, ‘Carrusel Deportivo’, ‘El larguero’, Cadena COPE… "¡Hola, hola! Comienza ‘Tiempo de juego’. El de los goles, el de la emoción, el del espectáculo, el de siempre, el clásico, el único, el veterano, el del sonido, imprescindible, el de la Cadena COPE". Esta sintonía apasionada la venía escuchando cada fin de semana con mi pareja, mientras comíamos.

Si la radio nos acompaña siempre, Pepe Domingo fue parte de nuestras vidas. Y vas descubriendo a la persona, su peculiar humanidad según crecemos. "Me asaltan los ochenta y empiezo a ver distintos a los míos. / Mis hijos se me alejan de los ojos. / Mis nietos me recuerdan demasiado / que la vida es aquello que se muere. / Mi Tere sigue dándolo todo / en un partido con el final escrito / en el que solo ella sabe marcar los goles".

"Viste pantalón vaquero / y las camisas de cuadros…", múltiples premios radiofónicos, un disco de oro en México, publicista excelente, y en su bibliografía, ‘Carrusel deportivo. Diario de un año’, ‘Debajo de la parra’ y ‘Hasta que se me acaben las palabras’. Natural de un pueblecito coruñés, junto a Padrón –igual que Rosalía–, que soñó con triunfar en Madrid. "Cuando tú pones por delante el corazón, antes que la cabeza, al final triunfas". Ahora, el ángel Pepe vela por nosotros.

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