Por
  • Mariano Gállego Palacios

Balizas luminosas

Nuevas balizas luminosas en diferentes puntos del trazado del tranvía en Zaragoza
Nuevas balizas luminosas en diferentes puntos del trazado del tranvía en Zaragoza
Ayto. Zaragoza

Toda precaución es poca. Pero por qué llamarlo despiste cuando simplemente es una voluntaria falta de atención. El servicio municipal de Movilidad Urbana de Zaragoza instala estos días balizas luminosas en el pavimento de los cruces del tranvía con más tránsito peatonal para advertir al viandante cada vez que se acerque un convoy. 

Por qué en el suelo. Porque la autoridad ha asumido que muchos caminan con los cascos puestos o mirando al móvil, o ambas cosas a la vez, y hay que facilitarles las cosas para que no sean arrollados. Un ejemplo de la influencia de las nuevas tecnologías en nuestro comportamiento, de cómo modifican nuestras conductas y de cómo el sistema acepta acríticamente ese riesgo aunque sea para minimizarlo.

En lugar de campañas de concienciación ciudadana animando a ser prudentes y precavidos en nuestro deambular por la urbe, se instalan señales a ras de tierra para que podamos seguir absortos en el universo digital de nuestros dispositivos ‘inteligentes’ ajenos a lo que ocurre al lado, en el aquí y ahora de nuestra mismidad física. Cebamos así tal vez sin pretenderlo el individualismo que se ha apoderado de la convivencia en el día a día y que se ejemplifica en esos grupos de amigos sin conversación en el que cada uno sigue mirando su móvil.

Una cotidianidad moderna también la manera como nos movemos por las calles y en la que los peatones respetuosos deben acostumbrarse a caminar con todos los sentidos alerta para no ser presa de encontronazos y sortear a los vecinos cabizbajos que no levantan la mirada siquiera para ver si alguien viene de frente, sea una persona, una bicicleta, un patinete eléctrico, un automóvil, un tranvía... o un elefante. Con los patineteros, además, se ha reproducido –como ya ocurre con los automovilistas–, la pugna entre la fuerza de su veloz y potente autonomía móvil sobre la vulnerabilidad innata del caminante urbano. Así que, dada la batalla por perdida ante el inconsciente proceder –que no despiste– de algunos, bienvenidas sean las balizas luminosas. A sus pies. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión