Por
  • José María Serrano Sanz

Cajal y Einstein

Santiago Ramón y Cajal, con su microscopio, en un autorretrato que se hizo en Madrid en 1908.
Santiago Ramón y Cajal en un autorretrato que se hizo en Madrid en 1908.
HERALDO

Visita a Cajal. Increíble cabeza anciana. Muy enfermo". Esto dejó escrito Albert Einstein en sus ‘Diarios de viaje’ el día 5 de marzo de 1923, durante su viaje a España. Ese día por la tarde lo acompañaron a la casa de Cajal en Alfonso XII, pues tenía interés en conocerlo personalmente y Cajal no había podido asistir a ninguno de sus actos en Madrid. 

No se sabe de quién fue la idea de la visita, si lo pidió el propio Einstein o se lo sugirió alguno de sus anfitriones, tal vez el físico Blas Cabrera, uno de los más próximos al Nobel alemán y a la vez devoto del Nobel español: "A él debo cuanto soy o pueda significar en el porvenir", dejó escrito en su discurso de ingreso en la Real Academia Española. La frase de Einstein, parco en palabras en sus ‘Diarios’, muestra una sincera emoción por el encuentro.

Es una de las caracterizaciones de nuestro sabio recogidas en la sección ‘Mi Cajal’ del libro ‘Santiago Ramón y Cajal. El hombre, el científico, el intelectual’, que hemos editado Alberto Jiménez Schuhmacher y yo y acaba de publicar, con su habitual calidad, Prensas de la Universidad de Zaragoza. Son 43 opiniones sobre diversos aspectos del personaje que, en conjunto, tratan de conformar un retrato poliédrico de Cajal. Pertenecen a personas que lo conocieron, desde familiares o discípulos a ilustres personalidades de su época, y también a científicos actuales que se han sentido inspirados por él.

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