Por
  • Katia Fach Gómez

Escaleras

Escaleras
Escaleras (En la imagen Yoann Bourgeois)
Álvaro López del Cerro / Ayuntamiento de Madrid

En una ‘performance’ del artista francés Yoann Bourgeois, una figura masculina sube una escalera y, antes de llegar al último peldaño, cae al vacío y aterriza sobre una cama elástica. 

A veces el impulso de la cama le permite recuperar la verticalidad y continuar ascendiendo por la escalera, como si nada hubiese sucedido. Otras veces, en cambio, esa ayuda es insuficiente y el varón repite en bucle sus esfuerzos por volver a la posición que previamente ocupaba en la escalera.

‘El éxito no es lineal’ es el título de esta hipnótica creación de Bourgeois, que ha generando interpretaciones muy diversas. Algunos aplauden la denominación, ya que refleja la importancia de perseverar en la carrera de la vida. Otros ven en esta escalera una muestra del azaroso destino consustancial a los seres humanos. Hay quienes consideran que la cama elástica representa a unos padres protectores que recolocan a su hijo en la escalera, protegiéndole de sus fracasos.

"Las escaleras son nuestras amigas", solía decirnos el profesor de gimnasia del colegio, justo antes de mandarnos hacer algún ejercicio extenuante en ellas. Desde entonces yo miro las escaleras con cierto recelo. Sin embargo, hay una verdad incuestionable en torno a ellas: de caracol o de incendios, físicas o figuradas, mecánicas o de mano, amigas o enemigas... las escaleras son un símbolo de nuestra propia vida. Vivirla en plenitud obliga a afrontar una infinita sucesión de escaleras.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión