Por
  • Luisa Miñana

Poder mágico

Una carta a los Reyes Magos que llega tarde.
Reyes Magos saludando.
Toni Galán

Un año más, la noche de hoy será mágica. Los hogares afortunados amanecerán cuajados de regalos, símbolos de generosidad y buen augurio para el futuro. Aunque deberán parecer surgidos de la nada, esos dones provienen del poder mágico de unos antiguos ‘mag-gu-u-sha’, sacerdotes zoroástricos de Oriente, astrónomos y alquimistas, los ‘magoi’ mencionados por Herodoto, que atraviesan la historia y el tiempo siguiendo la estela inmutable de la imaginación, territorio que, como defendió Giordano Bruno, es vida y conocimiento en su sentido más pleno. Durante siglos, ciencia y magia –la denominada magia natural– afrontaron próximas entre sí los desafíos de la civilización humana frente a la naturaleza. Y si la revolución científica condujo a la superación del pensamiento prelógico, la imaginación, la capacidad de ideación e invención siguió siendo la potencia que alimenta el motor del desarrollo humano. Los románticos, como Coleridge o Novalis –para quien el amor es el principio que hace posible la magia–, estimaban que solo la imaginación puede abrir las puertas de la transcendencia, del futuro diríamos nosotros, más apegados al suelo. Solo imaginación y amor disponen del poder de transformación. Y el arte. El mágico arte que, como proclamó André Breton, es vehículo "de una magia en acción que posee poderes reales" y "una conciencia lírica (poética) universal".

Esta noche no faltarán regalos. Quizás la magia, sí. Nos urge recuperar amor e imaginación. Los estamos perdiendo en el lado oscuro.

Luisa Miñana es poeta y narradora

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