El retraso en la gestión de los fondos europeos está paralizando inversiones estratégicas en la Comunidad. Es la denuncia que formula la Confederación de Empresarios de Aragón (CEOE), que pide al Gobierno central mayor celeridad en las convocatorias. En estos momentos hay 360 proyectos, 250 de iniciativa privada y 110 en colaboración con la DGA, pendientes de que se convoquen las ayudas. Si se ejecutaran todos ellos, implicarían una inversión global de 20.000 millones de euros y más de 40.000 empleos directos, unas cifras que permiten hacerse una idea de lo mucho que está en juego. Está claro que del reparto y ejecución acertada de los fondos del ‘Next Generation’ depende la recuperación del PIB de la Comunidad y de todo el país.

Con la vista puesta en superar cuanto antes la séptima ola de la pandemia, uno de los principales desafíos que debe afrontar la economía aragonesa este año es la adecuada gestión de las millonarias ayudas europeas para la recuperación. El problema es que su desarrollo está siendo lento. No podemos retardar la gran oportunidad que representan para la transformación del tejido productivo y para la generación de empleos de calidad.

Si el sistema diseñado para su reparto no es lo suficientemente eficiente y ágil, es necesario hacer un análisis urgente de lo que falla y solucionarlo de inmediato. La responsabilidad directa recae en Pedro Sánchez. No obstante, sin abandonar el liderazgo que le corresponde, el presidente del Ejecutivo debería mejorar la gestión a través de la cogobernanza con las comunidades y los ayuntamientos. Las autonomías y los consistorios tienen competencias que permiten un despliegue más eficiente de las inversiones para garantizar que los recursos se emplean en los proyectos con mayor efecto tractor sobre el conjunto del territorio. El éxito será colectivo.