Goya y el cine

Goya y Buñuel, frente a frente
'Goya y el cine'
OLIVER DUCH

Este mes se cumple el 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya. Como Aragón es tierra de cine, no estaría de más recordar aquí la influencia que el pintor tuvo en numerosos cineastas, pues muchos de los temas que Goya trató en sus grabados fueron los mismos que algunos de los más grandes directores utilizaron con éxito en sus películas. Pensemos, por ejemplo, en el Alfred Hitchcock de ‘Vértigo’ (1958), ‘Psicosis’ (1960) o ‘Los pájaros’ (1963), en el Francis Ford Coppola de ‘Apocalypse Now’ (1979) o en el Zhang Yimou de ‘¡Vivir!’ (1994). También hay quienes piensan que Claude Chabrol fue otro de los directores que bebió de las fuentes de Goya, como debelador de un mundo de opulencia pero huero por dentro, así como Murnau, Lang, Dreyer, Welles, Kubrick, el Wilder de ‘El crepúsculo de los dioses’, Kurosawa o Federico Fellini, que tanto gustaba, como el aragonés, de incluir detalles psicológicos o gestos misteriosos y fascinantes.

Pero fueron sobre todo directores aragoneses como Luis Buñuel y Carlos Saura los que se inspiraron directamente en Goya e incluso llevaron a sus películas algunos de los grabados y cuadros del pintor para tratar de reforzar sus guiones. Buñuel lo hizo en ‘El fantasma de la libertad’ (1974), en la que la imagen de los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 en Madrid abre la película, y en la que muchas secuencias irónicas, absurdas o surrealistas recuerdan a los ‘Disparates’ goyescos, como en el caso de aquel enajenado que dispara desde un rascacielos a varias personas y que, tras la celebración del juicio, acaba convertido en un héroe. Aquí la influencia de Goya no sólo vendría por la exhibición de su famoso cuadro, sino por el tono utilizado en la narración, casi siempre grotesco y burlón. Es también sabido que la Junta organizadora del Centenario de Goya en Zaragoza (que presidía el rector Ricardo Royo Villanova y cuyo secretario era Emilio Ostalé Tudela) encargó a Buñuel, en 1926, un guion sobre el pintor para realizar una gran película. El director se tomó la propuesta muy en serio y escribió, entre septiembre y noviembre de aquel año, un ‘scenario’ en 92 holandesas que no se publicaría en castellano hasta 1992, en edición de Gonzalo Borrás para el IET. La película, sin embargo, no llegó a rodarse porque la Junta desechó el proyecto aduciendo razones económicas, aunque las causas, según cuenta Borrás, pudieron ser otras bien distintas. Tampoco ayudó la opinión de Valle-Inclán, que consideraba a Buñuel incapaz de dirigir una película sobre Goya, pues no estaba "documentado lo más mínimo". Buñuel, que había consultado para escribir su guion varias monografías sobre Goya, entre ellas la del Conde de la Viñaza, la reedición de Francisco Zapater y Gómez y la clásica de Charles Yriarte, no se tomó a bien la cancelación del proyecto y aún trató de retomarlo con la productora Julio César en 1928 y, más tarde, en 1937. Con los años se alegró de no haber hecho la película, pues, como dio a conocer Agustín Sánchez Vidal, acabó siendo muy crítico con el proyecto: "No valía nada, y ahora me alegro de que el proyecto no saliera adelante. Quizá si yo la hubiera dirigido habría terminado convirtiéndome en una especie de Florián Rey".

Muchos de los temas que Goya trató en sus grabados fueron los mismos
que algunos de los más grandes directores utilizaron con éxito en sus películas

La primera relación de Carlos Saura con Goya fue en ‘Llanto por un bandido’ (1964), en la que el propio Buñuel, como recuerdan bien todos los cinéfilos, aparece en un cameo haciendo de verdugo. En la película destaca la durísima escena del duelo a garrotazos entre dos bandoleros, el Lutos y el Tempranillo, que luchan enterrados en el suelo hasta sus rodillas, y que evoca una de las más famosas pinturas negras de Goya que se halla en el Prado. Años más tarde, Bigas Luna realizaría una parodia de ese cuadro en ‘Jamón, jamón’ (1992), utilizando como armas una pierna y un hueso de jamón. Saura y Bigas Luna volverían a trabajar sobre Goya, y en 1999 el aragonés estrenaría ‘Goya en Burdeos’ (con José Coronado y Paco Rabal haciendo del pintor) y Luna ‘Volavérunt’, esta última basada en una novela de Antonio Larreta que fantasea con la muere de la Duquesa de Alba y en la que Jorge Perugorría interpreta al pintor. Saura aún volvería a Goya como fuente de inspiración para una coreografía de ‘Tango’ (1998). El retrato de Goya de Fernando VII también ha aparecido en el cine en numerosas ocasiones y puede verse por ejemplo en ‘Carmen’ (2003), de Vicente de Aranda, o en ‘Luz de domingo’ (2007), de José Luis Garci.

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