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Dejarse ganar

Diego Méntrida, durante una prueba anterior.
Diego Méntrida, durante una prueba anterior.
Instagram/DiegoMéntrida

Diego Méntrida ha puesto en bandeja a los profesores de Filosofía un buen ejemplo para explicar la lección sobre ética kantiana. Por si no han escuchado este nombre en su vida, se trata de un atleta español de triatlón que hace unos días se dejó ganar en una competición internacional. Como lo leen: cedió gustosamente el tercer puesto a su rival, el británico James Teagle, quien se equivocó de camino a escasos metros de la meta.

Méntrida, en el ‘sprint’ final, con la adrenalina a tope y la medalla de bronce a tiro de zancada, frenó en seco y esperó a que su contrincante rectificara. Prefirió dejarle el puesto en el podio que ocuparlo él mismo.

Lejos de dar importancia a su acción, después explicó con sencillez que no le parecía justo entrar en meta antes que Teagle. Porque el madrileño actuó como cree que todo el mundo debería haberlo hecho. "Obra de tal modo que puedas querer que tu acción se transforme en ley universal", sentenciaba Kant.

No conseguirá que el resto del mundo actúe igual, pero su gesto sí ha dado la vuelta al planeta y ha conmovido hasta el llanto a miles de personas (el actor Will Smith ha confesado que lloró al verlo). ¿Por qué ha llamado tanto la atención que se dejara ganar? Porque vivimos en un mundo donde es más frecuente en todos los ámbitos poner la zancadilla al rival que ayudarle cuando está en apuros.

A sus 21años, el atleta madrileño ha perdido un bronce en su medallero, pero ha ganado un lugar de honor en el podio de las actuaciones ejemplares. Y, de paso, le ha puesto la zancadilla a Stuart Mill y su ética utilitarista... pero ese ya es otro tema de Filosofía.

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