Sebastián Silva, príncipe de Sundance y cineasta "por descarte"

El cineasta chileno regresa a la escena independiente con el drama 'Nasty Baby'.

Sebastián Silva, príncipe de Sundance y cineasta "por descarte"
Sebastián Silva, príncipe de Sundance y cineasta "por descarte"

El chileno Sebastián Silva, la eterna sensación del Festival de Sundance, regresa a la escena independiente con el drama 'Nasty Baby', protagonizado por la 'cazafantasmas' Kristen Wiig, aunque admite en una entrevista que nunca planeó dedicarse al cine.


"Nunca planeé hacer cine", confesó el cineasta de Santiago, cuya obra "La nana" se alzó en 2009 con el premio del gran jurado en Sundance, el certamen donde se coronó con el trofeo al mejor director cuatro años después por 'Crystal Fairy'.


"Estudié cine con 18 años pero fue por descarte, porque alguien me lo propuso. Nunca quise estudiar nada. Odiaba el instituto. Pero mis padres no me dejaron no estudiar, así que me puse a escribir. Yo ya pintaba y me dedicaba a la música, y aquello me parecía un reto", manifestó.


El contar una buena historia se convirtió entonces en la principal obsesión de este realizador de 36 años.


"Lograr eso es difícil. No abandonar los personajes y cumplir con lo prometido durante la narración de forma creativa. Es una forma de arte que no había explorado", valoró este neoyorquino de adopción, que tuvo la suerte de que su tercer guión fuera producido por Fábula, de los hermanos Pablo y Juan Larráin, los primeros que se interesaron en el texto.


"No he pasado por las dificultades habituales del guionista que no logra darse a conocer", admitió, "aunque es cierto que tampoco tenía grandes expectativas".


Aquellas páginas se convirtieron en "La vida me mata", y esa experiencia, su primera detrás de las cámaras, le fascinó.

"Lo pasé muy bien, y eso que nunca fui un obseso del cine. No soy cinéfilo para nada y no estoy al día de la actualidad de la industria. Me considero muy ignorante en general", reconoció el realizador.


Ocho años después de su debut y con seis películas en su filmografía, estrena este viernes en Estados Unidos 'Nasty Baby', la historia de una pareja de artistas homosexuales (Silva y Tunde Adebimpe) que se propone tener un hijo con ayuda de su mejor amiga (Wiig).


Juntos afrontarán las complicaciones del proceso y de la creación de una familia en una zona aburguesada de Brooklyn.

"Para esta historia", relató Silva, "robé muchos elementos de mi vida, pero al mismo tiempo son elementos que yo escogí. No considero que sea una cinta autobiográfica. 'La nana' y 'Crystal Fairy' lo son mucho más porque recrean instancias que yo viví. Esta película no trata sobre mí".


A pesar de ello, Silva decidió rodar la cinta en su propio apartamento y en su propio barrio, un recurso que ya empleó en "La nana", rodada en la casa de sus padres, donde pasó su infancia y gran parte de su adolescencia.


"Es gratis, da muy buenos resultados y cuanto más conoces las localizaciones, el proceso de escritura es más fácil. Conoces las dinámicas de esos lugares y esos ambientes te llevan a crear situaciones", apuntó.


El gran atractivo del proyecto es la presencia de Wiig, que saltó a la fama por su papel en "La boda de mi mejor amiga" (2011) y que el próximo año estará en la nueva 'Cazafantasmas' junto a Melissa McCarthy, Leslie Jones y Kate McKinnon.


"Mi amiga Alia Shawkat fue quien me la recomendó. Yo no sabía quién era, pero me encantó en cuanto la conocí. Es divertida y carismática y tenía el aspecto y la edad perfectos para el personaje. Nos caíamos estupendamente y hemos desarrollado una amistad muy sólida", manifestó Silva.


La cinta está producida de nuevo por los hermanos Larraín.

"Les debo mucho. Pablo ha sido como mi patrón. Fue quien me dio la oportunidad de hacer mi primera película cuando ni siquiera había hecho un cortometraje. Yo era un don nadie, la película era en blanco y negro, hablaba sobre la muerte y costaba 600.000 dólares. Fue una decisión arriesgada", reconoció.


Aunque Silva se encuentra como pez en el agua en la escena "indie" estadounidense, no reniega de Hollywood.

"Me interesa su dinero, no su estructura", confesó el cineasta, más cómodo entre "las parkas gigantes, los gorros de lana y las caras enfermas de Sundance".


"Cuando te acercas a los grandes estudios, la creatividad se ve afectada. Se mueven bajo unas reglas demasiado encorsetadas en cuanto a narración. Leo guiones que me mandan mis agentes y todo es igual. Siempre la misma historia", afirmó.


Ahora bien, si diera con un proyecto que respetara su libertad creativa, estaría abierto a dar el paso.


"Una película implica años de tu vida, así que trato de hacer algo que me importa", sentenció.

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