Ana Santos: "Los ejemplares valiosos deben seguir en la Biblioteca Nacional"

Esta zaragozana está al frente de una institución que conserva "la historia de nuestra cultura", defiende, con millones de publicaciones "digitalizadas y accesibles para todos"

Santos, ayer, en el Gran Hotel, donde dio una charla a los miembros de la asociación La Cadiera.
Santos, ayer, en el Gran Hotel, donde dio una charla a los miembros de la asociación La Cadiera.
Asier ALCORTA

¿Imagina su vida sin libros?

No, y tampoco imagino la vida de ninguna persona sin libros.


¿Qué tienen las bibliotecas que tanto le apasionan?

Este oficio es muy vocacional. Empecé con 23 años como auxiliar de biblioteca en la facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza y es una profesión que me enriquece y me ha proporcionado muchas satisfacciones a lo largo de mi vida. Las bibliotecas son esos lugares mágicos en los que se conserva todo lo que las personas van produciendo a lo largo de su vida: las ideas, la creación, el pensamiento, y a donde acuden para informarse y para formarse.


¿Todo lo que pasa pasa por la Biblioteca Nacional que usted dirige?

Todo lo que en España se edita, en cualquier tipo de soporte, no solo libros, sino también periódicos, revistas, discos, mapas, carteles, estampas o películas, se deposita en la Biblioteca Nacional (BNE).


¿Qué queda hoy de aquella biblioteca que se creó en 1711?

Se mantiene la idea con la que nació, que fue la de que los libros, en la época de Felipe V, estuviesen a disposición del pueblo.


¿Cuántos fondos tiene?

Treinta millones, o incluso más.


También joyas aragonesas.

La historia de nuestra cultura está allí y la de Aragón, también. 


Entre ellos, el manuscrito más antiguo de los Fueros aragoneses, de mediados del siglo XIII, o el primer libro impreso por una mujer en España, de la zaragozana Juana Millán, en 1537, ambos reclamados desde la comunidad autónoma.

Soy partidaria de que los ejemplares patrimoniales valiosos que están en la Biblioteca Nacional permanezcan allí. Es la biblioteca de todos y, desde hace más de 300 años, conserva el patrimonio bibliográfico y documental. Además, ambos fondos han sido digitalizados y son accesibles. 


¿Esa fue la respuesta a la moción aprobada por las Cortes?

Lo que no se puede hacer es sacar los fondos de las colecciones de las grandes instituciones culturales, porque sería deshacer el patrimonio cultural. El manuscrito de los Fueros, de 1247, fue una donación y sería ir contra derecho. 


¿La gente conoce la institución?

Yo creo que ni se conoce suficientemente ni se valora en la medida que merece. Y eso que es una de las grandes bibliotecas del mundo. Estamos haciendo un esfuerzo importante en este sentido, a pesar de que ahora hay mucha información a través de internet y se acude menos a las bibliotecas.


¿Cómo se han adaptado a los recortes presupuestarios?

El presupuesto se ha reducido, en los últimos cuatro años, un 44%. Esto supone un esfuerzo de gestión muy importante para poder mantener los servicios y aprovechar al máximo hasta el último euro, sabiendo que viene de los impuestos de todos los españoles. 


¿El mecenazgo es la solución para mantener el plan de trabajo?

La ley de la Biblioteca Nacional, que ya se está tramitando en el Congreso y que esperamos que esté lista en enero o febrero, será un instrumento para poder gestionar mejor la biblioteca. Y también para favorecer el mecenazgo. Aunque, en mi opinión, los servicios básicos y procesos internos esenciales para cumplir con nuestra misión se deberían seguir soportando con presupuesto público.


¿Esta ley dotará a la BNE de una mayor autonomía?

Sí. Y, además, instaurará de nuevo la categoría de dirección general que había perdido desde 2010. La idea es que las grandes instituciones culturales clave en nuestro país tengan una ley propia, igual que el Prado o el Reina Sofía.


Gracias a una ayuda de Telefónica se digitalizaron los fondos de biblioteca

La Biblioteca Digital Hispánica es fundamental para la Biblioteca Nacional. Ha tenido más de 25 millones de descargas en los últimos años, lo que significa que son como 25 millones de préstamos en las salas.


Otro de sus objetivos es la catalogación de todos los contenidos digitales de internet.

Es un reto y es, a su vez, un objetivo que hay que alcanzar, porque la ley de depósito legal obliga a conservar los contenidos de internet igual que los de soporte tangible. Y ya se está tramitando un real decreto, que se publicará en el Boletín Oficial del Estado en los próximos meses, para regular el depósito de las publicaciones electrónicas.


El siglo XXI ha llegado a esta institución tricentenaria. 

Desde hace un tiempo lo que hacemos es recopilar los contenidos de la web española, los que tienen dominio ‘.es’. Hasta ahora hemos hecho nueve recolecciones generales y otras específicas con motivo de acontecimientos importantes de nuestra historia, como por ejemplo la abdicación del rey Juan Carlos I, la muerte de Adolfo Suárez, de Gabriel García Márquez o de Ana María Matute, o las últimas elecciones europeas. Hechos relevantes cuyos contenidos de internet, si no se conservan, se van a perder. En esta línea estamos trabajando con las comunidades autónomas.


Parece algo complejo.

De momento, lo estamos haciendo con todo lo que está libre y accesible. Hasta que el real decreto no esté aprobado, no podemos hacernos cargo de aquellos contenidos que están protegidos por derechos, como las revistas electrónicas. Es complejo pero, a su vez es sencillo, porque la informática es muy poderosa: no requiere tanto espacio y utiliza programas que entran en los servidores y que, a su vez, gestionan esa información.


Recientemente se localizó en la BNEuna copia manuscrita de una obra inédita del escritor Lope de Vega que se daba por perdida. ¿Queda mucho por descubrir?

Hay muchísimas cosas todavía. Las fuentes están allí. Todos los fondos de la Biblioteca Nacional de España están inventariados, pero necesitarían un proceso de investigación. En este sentido, es fundamental que se pueda consultar la Biblioteca Digital Hispánica, que puede dar lugar a importantísimos trabajos de investigación de Aragón.