El alcañizano Jesús Ponz Zapater ha dedicado mucho tiempo a la investigación y al cuidado de los libros de la capilla de la Soledad, ubicada en la iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz. 

Hace ocho años, mientras realizaba esas tareas, siempre de manera voluntaria, dio con un misterioso hallazgo. "Encontré un lienzo enrollado en el suelo, doblado sobre una parte del marco dorado que la soportaba. Al desenrollarlo, ¡sorpresa!, era un lienzo de 2,80 metros de alto por 2,20 metros de ancho que representaba la Última Cena, reunión de Jesús con sus discípulos para despedirse de ellos antes de su muerte, según relata la Biblia", explica el investigador.

No se ve el nombre del pintor, pues el cuadro está deteriorado, al parecer, por el humo de las velas de la iglesia. Su autor dispuso la escena, inusualmente, de manera vertical y ahí parece radicar su importancia.

"Hay muchas Últimas Cenas donde las figuras están reflejadas de forma horizontal, pero de forma vertical y, en España, casi se pueden contar con los dedos de una mano", señala Ponz, quien considera que esta obra guarda similitud con la realizada por el pintor barroco Vicente Carducho, guardada en el convento de las Carboneras de Madrid, y también con el lienzo de Juan de Juanes. Ambas, indica Ponz tienen una característica común: aparece sobre la mesa el Santo Grial que se conservaba en Valencia. Curiosamente, este Santo Grial aparece también en el lienzo de Alcañiz.

Para el investigador, "tenemos un cuadro digno de ser restaurado y expuesto, pues hay pocas Últimas Cenas en vertical y solo tres, con esta cuatro, que tienen el Santo Grial entre los objetos encima de la mesa". Actualmente, el lienzo se encuentra oculto en lo alto de la sacristía de la capilla de la Soledad.

"Desde la Comisión de Patrimonio del Arzobispado de Zaragoza, a la que hice llegar una fotografía, me dijeron que en Aragón no hay una pintura con estas características", manifiesta Jesús Ponz, quien cuenta con una estimación presupuestaria para la restauración de alrededor de 9.000 euros, elaborada por el Centro de Restauración Santa María de Albarracín.

"Ahora solo falta la financiación correspondiente", insiste el investigador, considerándolo "digno de ser restaurado" por su peculiaridad.

Aunque el lienzo no estaba inventariado, Ponz ha encontrado varios documentos sobre descripciones de la iglesia Mayor de Alcañiz en los que se menciona la Última Cena, entre las obras que se mostraban al público en las capillas. La primera de estas alusiones es de febrero de 1595, con motivo de una visita del arzobispo de Zaragoza Alonso Gregorio. "Cuando en 1736 se echa abajo la iglesia gótica y se edifica la actual, las pinturas que en ella había, las recogió uno de los canónigos en su casa. Posteriormente se devuelven", explica el investigador.